¡La guerra interna de los “7 fantásticos” ha empezado en el Mercado de Acciones!
Por: Ernesto Cuadros Tenorio. Director de la Maestría en Finanzas de ESAN
En los últimos 10 años, la composición del S&P en el mercado de valores americano tuvo un cambio de eje en los pesos específicos de las empresas que componen el índice. Así, hubo una gradual transición de las llamadas empresas tecnológicas a un grupo de empresas que están involucradas en el desarrollo de la IA.
Así, en los últimos 3 años, la inteligencia artificial ha sido el gran motor de los mercados financieros. En ese contexto, Nvidia se convirtió en el símbolo del boom: sus chips son la base de los centros de datos que entrenan modelos de IA en todo el mundo. El resultado fue una revalorización histórica y una capitalización que llegó a niveles nunca vistos. Nvidia representa, claramente, la primera fase del ciclo de la IA: infraestructura, hardware y crecimiento acelerado.
Sin embargo, el mercado empieza a mostrar señales de que esta historia está evolucionando. No se trata de que Nvidia deje de ser relevante, sino de que los inversionistas comienzan a mirar quién capturará el mayor valor económico de la IA a largo plazo, más allá de vender chips.
Ahí es donde entra Google. Google está siendo percibido cada vez más como un jugador integral de la IA, no solo por sus modelos (Gemini), sino por todo el ecosistema que los rodea. La compañía lleva más de una década desarrollando chips propios (TPU), tiene centros de datos rentables a través de Google Cloud y, sobre todo, cuenta con una ventaja única: distribución masiva. Miles de millones de personas usan a diario Google Search, YouTube, Android, Gmail y Maps, lo que permite integrar la IA directamente en servicios ya existentes, sin necesidad de “convencer” al usuario.
Esta diferencia es clave para entender el cambio de fundamentos financieros de financiación: mientras Nvidia depende de que continúe el fuerte gasto en infraestructura, Google puede financiar su desarrollo en IA con negocios ya consolidados y altamente rentables. Por eso, muchos analistas ven a Google como una empresa capaz de crecer en IA sin sacrificar márgenes.
La decisión de Warren Buffett de aumentar su exposición a Google y reducir posiciones en otras tecnológicas refuerza esta lectura. Buffett suele priorizar modelos de negocio sólidos, generación de caja y ventajas competitivas sostenibles, y el mercado interpreta su movimiento como una señal de confianza en el posicionamiento de Google en esta nueva etapa.
Mirando hacia 2026
De cara a 2026, es probable que veamos una rotación parcial en los mercados: menos foco exclusivo en las empresas que construyen la infraestructura de la IA y más atención en aquellas que la monetizan de forma eficiente y a gran escala. Nvidia seguiría siendo un actor clave, pero con retornos más moderados. Google, en cambio, podría beneficiarse de una revalorización gradual al consolidarse como uno de los grandes ganadores del uso práctico y cotidiano de la inteligencia artificial.
Para estudiantes y público general, la lección es clara: en los mercados, los grandes ganadores suelen cambiar cuando una tecnología pasa de la fase de construcción a la fase de explotación económica. La IA no es la excepción.
La gran pregunta para la economía peruana que se deriva de este cambio estratégico en los mercados es: ¿cuál es el rol del modelo de crecimiento a largo plazo que debe adoptar Perú para ser sostenible en esta nueva matriz geopolítica y macroeconómica?
Esto lo analizaremos en la 1.ª Conferencia de la Maestría de Finanzas de ESAN, que se realizará el día 21/01/2026 a las 7:00 p. m. ¡Inscríbete aquí!

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