Universidades por la resiliencia territorial: Ciencia, gobernanza y acción
Por: Mary Mollo Medina. Profesora e investigadora de ESAN. Secretaria Técnica Nacional de la Red de Universidades Peruanas Comprometidas con la Gestión del Riesgo, los Desastres y el Cambio Climático.
El II Congreso Internacional de Gestión del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, organizado del 6 al 8 de noviembre, consolidó un espacio de convergencia entre las universidades, los actores del sistema nacional de gestión del riesgo, el empresariado y los organismos de cooperación internacional. El evento afianzó el rol estratégico de la academia en la construcción de resiliencia territorial y climática, y marcó un punto de inflexión hacia una gobernanza universitaria más comprometida con la ciencia y la acción pública.
En el siguiente artículo, exploraremos cuatro grandes ejes relacionados con la gestión integral del riesgo de desastres (GIRD) y la adaptación al cambio climático (AAC), que delinearon los desafíos afrontados durante el congreso.
Ciencia y acción para un país resiliente
El rector de ESAN y presidente de la Red de Universidades Comprometidas con la Gestión Integral del Riesgo de Desastres y la Adaptación al Cambio Climático (RiesGIRD-ACC), Jaime Serida, enfatizó que la GIRD y la ACC deben constituir el ADN de la formación y la investigación universitaria para posicionar a la academia como un agente transformador al servicio de la vida. Asimismo, instó a pasar de la reacción a la prevención, de la fragmentación a la colaboración y de la indiferencia al compromiso.
Mary Mollo, profesora de ESAN, presentó el Estudio sobre gobernanza universitaria en GIRD y ACC en el Perú. La publicación reveló que solo el 11 % de las universidades posee una unidad especializada y que el 75 % carece de alianzas estratégicas para incidir en decisiones territoriales. En ese sentido, se propuso un modelo de gobernanza universitaria con seis componentes: dirección estratégica, estructura organizativa específica, gestión de recursos y capacidades, gestión del conocimiento e innovación, responsabilidad social universitaria y ética con el territorio.
Luis Durán, funcionario del Banco Mundial, y Allan Lavell, Premio Sasakawa 2015, coincidieron en que los desastres no son naturales, sino resultado de decisiones sociales que generan vulnerabilidad. Lavell instó a superar los enfoques tecnocráticos y apostar por una gestión transformadora y justa. Sergio Campos, jefe de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), subrayó que la generación de conocimiento, la gestión de los recursos hídricos y ecosistemas, y el manejo de las cuencas hidrográficas deben ser parte de la gobernanza universitaria en la reducción de riesgos y acción por el clima.
Universidades como motores del cambio
Carmen Paz, docente de la Universidad de Chile, compartió la experiencia del programa Citrid para demostrar cómo la educación superior puede transversalizar la reducción del riesgo en todos los niveles curriculares. A su vez, Kety Jáuregui, vicerrectora de ESAN, planteó cinco fases para incorporar la GIRD en la formación profesional: anclaje institucional, diseño curricular por carrera, capacitación docente, implementación formativa y monitoreo con mejora continua. Estas propuestas derivaron en compromisos de trabajo interuniversitario para el 2026.
Desde la gestión del conocimiento, Luis Chávez, profesor de ESAN, presentó una hoja de ruta nacional de investigación, articulada con el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec) y el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan). El documento promueve comisiones técnicas con la participación de instituciones científico-técnicas, como el Instituto Geofísico del Perú (IGP) y la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (Conida). El enfoque promueve una ciencia colaborativa para la acción territorial, mediante el fortalecimiento de la capacidad de anticipación y respuesta ante desastres y cambio climático.
Investigación aplicada e innovación tecnológica
Eduardo Calvo, vicepresidente del Grupo de Trabajo n.o 3 del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), alertó sobre los efectos del cambio climático en el ciclo hídrico y la urgencia de combinar soluciones basadas en la naturaleza con ingeniería gris. A su vez, Eduardo Chávarri, docente e investigador de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm) subrayó la importancia de la tecnología avanzada para anticipar escenarios de riesgo y gestionar cuencas hidrográficas.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) también presentó los avances de la marcación presupuestal climática, mientras que la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), a través del ingeniero Miguel Yamasaki, expuso proyectos que integran el enfoque de riesgo en la inversión pública. Por su parte, el BID, representado por Sergio Campos y Francisco Torres, reafirmó su compromiso de fortalecer las capacidades y la infraestructura resiliente, e invitó a las universidades a desarrollar investigación colaborativa e intervención territorial en el espacio urbano, la Amazonia y el área rural.
Por el lado del sector privado, participaron Jorge Lazo, gerente de Sostenibilidad de Pacífico Seguros, y Julia Torreblanca, presidenta de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE). Ambos reafirmaron que la sostenibilidad y la prevención son factores clave de competitividad, ya que abren oportunidades para la implementación de nuevos modelos de alianza academia-empresa para la gestión resiliente del riesgo de desastres y la crisis climática.
Territorio, gobernanza y conocimiento aplicado
Las mesas sobre ordenamiento territorial coincidieron en que la vulnerabilidad del país guarda estrecha relación con la fragmentación institucional y territorial, la falta de información técnica y la escasa aplicación de la zonificación ecológica económica (ZEE). Se destacó que el riesgo se construye a nivel social y que el ordenamiento territorial y la investigación universitaria son herramientas clave para reducirlo.
Rohel Sánchez, gobernador regional de Arequipa, mencionó que la academia debe facilitar la articulación entre actores sociales, promover la innovación en políticas públicas y brindar el soporte técnico para implementar el Sistema Nacional de Ordenamiento Territorial (Sinadot). En este sentido, subrayó el rol de las universidades en la formación de capacidades, la generación de evidencia y el acompañamiento a los Gobiernos regionales y locales.
El congreso concluyó con la Carta Perú 2025, suscrita por los rectores presentes, que recoge los compromisos de la RiesGIRD-ACC:
— Fortalecer los laboratorios territoriales universitarios y observatorios de riesgo, primero en Chosica y luego en el resto de los distritos.
— Consolidar brigadas académicas especializadas que vinculen investigación y acción local.
— Promover la formación de nuevas generaciones de expertos en GIRD y ACC con ética territorial.
— Integrar la investigación universitaria como herramienta de acción pública y toma de decisiones.
La red universitaria que preside la Universidad ESAN es una plataforma de ciencia, innovación y compromiso social que se orienta a reducir la vulnerabilidad y contribuir al desarrollo territorial descentralizado y resiliente. Su objetivo es generar diálogos y relaciones institucionales que se traduzcan en acciones concretas, pues varios actores reafirmaron que la resiliencia se construye desde el conocimiento.
El liderazgo de la academia permitirá que el Perú transite de la respuesta a la prevención y del diagnóstico a la transformación estructural del territorio frente a los riesgos de desastres y el cambio climático.

:quality(75)/blogs.gestion.pe/conexion-esan/wp-content/uploads/sites/213/2023/06/ESANa2.jpg)