Laboratorio Territorial de Chosica: Un espacio vivo para la gestión integral del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático en la cuenca del río Rímac
Por: Mary Mollo Medina. Profesora e investigadora de ESAN. Secretaria Técnica Nacional de la Red de Universidades Peruanas Comprometidas con la Gestión del Riesgo, los Desastres y el Cambio Climático.
El Laboratorio Territorial de Chosica surge como una iniciativa interinstitucional y multisectorial para enfrentar la alta vulnerabilidad del distrito de Lurigancho-Chosica a riesgos derivados de peligros, como huaicos, lluvias intensas y deslizamientos de masa. Esta propuesta de carácter científico y social se fundamenta en el contexto histórico y geográfico de Chosica, donde la presencia de más de 21 quebradas que se activan de manera indistinta, además de las condiciones de exposición crítica de la población, justifican un espacio de innovación y aprendizaje territorial.
Los territorios expuestos a riesgos relacionados con peligros naturales, requieren modelos de gestión integral que trasciendan intervenciones fragmentadas o unidimensionales. El distrito de Lurigancho-Chosica —ubicado en Lima este, con una población aproximada de 303 966 habitantes, de los cuales cerca del 40% residen en zonas de alto riesgo— enfrenta desafíos críticos derivados de su ubicación estratégica en el trayecto de la cuenca del río Rímac (Indeci, 2024). Las recurrentes activaciones de quebradas presentan amenazas estructurales a la vida, la infraestructura y la dinámica socioeconómica de la región, lo que subraya condiciones para ser un laboratorio territorial en GIRD y ACC, como espacio vivo para la innovación social, tecnológica y ambiental, con base en la ciencia, la investigación aplicada y las capacidades de trabajo multiactor.
Por historia, Chosica ha sufrido impactos severos por eventos de flujo de masa, huaicos y lluvias extremas, ya que es un territorio de topografía inclinada, quebrada y compleja, lo que intensifica la exposición a desastres. A ello se suman la expansión urbana informal en laderas y cauces, y la fragilidad de las infraestructuras de protección, que agravan la vulnerabilidad y las limitaciones, además del deterioro y la colmatación de recientes obras que tampoco cubren la totalidad de las zonas vulnerables.
A pesar de que hoy existen 52 diques identificados como medidas estructurales, el 56 % presenta daños y el 67 % está colmado por sedimentos, lo que limita su capacidad de mitigación y los convierten en bombas de tiempo. Además, el territorio cuenta con redes críticas, como la carretera Central, líneas férreas y eléctricas que están expuestas de forma directa a riesgos relacionados con fenómenos naturales que comprometen la conectividad y el abastecimiento para Lima (ANIN, 2024).
Este contexto revela una gestión fragmentada y limitada, con escasa articulación institucional, para abordar de manera integral la reducción de riesgos y la adaptación al cambio climático. Las intervenciones tradicionales han sido insuficientes para revertir la tendencia de vulnerabilidad creciente, por lo que es necesario repensar estrategias desde enfoques colaborativos y dinámicos basados en evidencia técnica.
El 9 de octubre, se ha declarado el Laboratorio Territorial de Chosica como un espacio de experimentación social y científica que integra actores multidisciplinarios y multisectoriales, liderados por la academia. Esta iniciativa es impulsada por el presidente de la Red Peruana de Universidades en GIRD-ACC y rector de la Universidad ESAN, Jaime Serida Nishimura, así como por los rectores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm) y el Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), quienes trabajarán con los tres niveles de gobierno, la sociedad civil organizada y la cooperación internacional. Este laboratorio, aún en fase inicial, se plantea como una plataforma para sistematizar y articular información técnica y social, y promover la gobernanza participativa y colaborativa, en busca de orientar las inversiones públicas y privadas hacia intervenciones efectivas y sostenibles.
Sus objetivos principales comprenden:
- Consolidar un repositorio integrado de datos históricos y actuales sobre dinámica de riesgos y condiciones socioambientales.
- Diagnosticar la vulnerabilidad y priorizar quebradas para la intervención técnica con enfoque prospectivo.
- Impulsar la participación comunitaria mediante el fortalecimiento de la cultura de prevención y resiliencia.
- Facilitar la coordinación interinstitucional para superar la fragmentación funcional en la gestión del riesgo.
- Orientar las políticas y la planificación territorial para generar productos técnicos, como mapas de riesgo actualizados e informes por quebrada.
El laboratorio funcionará como nodo de articulación entre los diversos niveles de gobierno (Municipalidad de Lurigancho-Chosica, Gobierno Regional de Lima, Indeci, Cenepred, ANA y ANIN), la academia y el sector privado, para promover un enfoque colaborativo. La academia cumple un rol fundamental como generadora de conocimiento técnico y articuladora del laboratorio, para facilitar el intercambio con actores locales y regionales. Asimismo, se incorpora la participación activa de la sociedad civil y las brigadas comunitarias, que trabajarán con un equipo máster de brigadas especializadas.
La creación del laboratorio se sustenta sobre intervenciones estructurales previas y relevantes. El proyecto Bypass Las Torres (Emape), con una inversión superior a S/100 millones, busca mejorar la movilidad y reducir riesgos viales en sectores críticos. La Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) ha proyectado obras de control en quebradas que beneficiarán a más de 178 000 habitantes mediante diques y drenajes. Las evaluaciones para proyectos ferroviarios y logísticos complementan la infraestructura crítica de la localidad y evidencian la necesidad de un espacio técnico que integre y proyecte estas acciones hacia una gestión integral y sostenible del territorio.
Resultados e impactos esperados
El laboratorio anticipa consolidar un sistema unificado para la gestión del riesgo que contempla análisis multidimensionales y actualizados. La sistematización de información facilitará la toma de decisiones basadas en evidencia para direccionar inversiones y políticas públicas orientadas a la reducción efectiva de vulnerabilidades. Se espera fortalecer las capacidades locales y comunitarias para incrementar la resiliencia social, así como mejorar la coordinación institucional para asegurar la continuidad y sostenibilidad de las intervenciones.
No solo se busca generar productos técnicos y mapas especializados, sino también desarrollar planes de ordenamiento territorial adaptativos y protocolos de emergencia efectivos. La iniciativa servirá como prototipo replicable en otras zonas de la cuenca del río Rímac y territorios con condiciones similares, lo que reforzará el enfoque territorial vivo y multisectorial para la gestión integral del riesgo.
Conclusiones
El Laboratorio Territorial de Chosica se crea para reorientar y transformar el enfoque tradicional de la gestión de riesgos en un modelo colaborativo, integral y basado en el conocimiento científico y social. Aunque aún se encuentra en una etapa inicial, su necesidad se fundamenta en antecedentes técnicos y condiciones de vulnerabilidad que exigen urgente innovación y articulación interinstitucional.
La promoción de una gobernanza participativa y el fortalecimiento de las capacidades técnicas y comunitarias serán pilares para avanzar hacia un territorio más seguro y resiliente. El laboratorio se proyecta como un espacio dinamizador que impulsará la integración de políticas, la planificación y las acciones sostenibles, como un ejemplo para otras zonas de alta exposición a riesgos asociados al cambio climático y los fenómenos hidrometeorológicos. Somos conscientes de la necesidad de invertir en resiliencia y no en desastres.

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