Habilidades lingüísticas y habilidades comunicativas: elementos esenciales de un ejecutivo.
Dr. Enrique Louffat. Profesor Principal de ESAN Graduate School of Business.
Sin duda, una de las características distintivas de un buen ejecutivo es su habilidad para expresarse en público, adaptándose a los diversos tipos de stakeholders y ajustando su mensaje a la intencionalidad específica de cada audiencia. Por ejemplo, al cliente se busca enamorarlo con los productos y/o servicios ofrecidos; al proveedor, negociar condiciones óptimas en cuanto a cantidad y calidad de los insumos necesarios; a la comunidad, comunicar las acciones de responsabilidad social emprendidas; y al sindicato, demostrar alta sensibilidad en la búsqueda de conciliaciones que equilibren intereses comunes.
Es fundamental, por lo tanto, que todo ejecutivo desarrolle y potencie tanto sus habilidades lingüísticas como sus competencias comunicativas, ya que estas brindan el soporte necesario para el éxito en sus diversas actividades. Un líder que se comunica con eficacia genera respeto, admiración y trascendencia, al transmitir sus ideas y mensajes con claridad. Esto asegura que la contraparte comprenda plenamente lo que se desea comunicar, y actúe en consecuencia, sin dejar lugar a malentendidos.
Habilidades lingüísticas
Las habilidades lingüísticas son los elementos esenciales necesarios para comunicarse con normalidad y efectividad en cualquier idioma. Podrían considerarse los “cuatro puntos cardinales de la comunicación”, ya que orientan y permiten tanto entender a los demás como hacerse entender plenamente.
a) Expresión escrita (escribir)
Todo ejecutivo debe saber redactar correctamente textos como cartas, oficios, memorandos, reglamentos, directivas, entre otros, minimizando –idealmente eliminando– errores gramaticales graves. Por ejemplo, escribir la palabra bueno con “v” (vueno) es un error que afecta la profesionalidad.
b) Comprensión lectora (leer)
Es fundamental que un ejecutivo entienda lo que lee, ya sea un manual de instrucciones, informes financieros, reportes internos o publicaciones de instituciones gubernamentales. La correcta interpretación de estos documentos es clave para la toma de decisiones empresariales acertadas.
c) Expresión oral (hablar)
Todo ejecutivo debe expresarse con claridad y adecuación en diferentes contextos, como conversaciones telefónicas, presentaciones en eventos empresariales o discursos conmemorativos. La elocuencia y la coherencia entre sus palabras y acciones refuerzan su credibilidad.
d) Comprensión auditiva (escuchar)
Es crucial que un ejecutivo entienda con precisión lo que escucha, ya sea en reuniones con accionistas, negociaciones con sindicatos, evaluaciones de desempeño o entrevistas de selección de personal. Escuchar de manera asertiva demuestra respeto por las opiniones ajenas y facilita una comprensión más profunda de los mensajes de la contraparte.
La clave para una buena comunicación radica en conocer y aplicar correctamente las reglas gramaticales que cada idioma establece, las cuales se aprenden en las aulas y se perfeccionan en la práctica cotidiana. Existen tres elementos básicos que deben considerarse:
- Sintaxis
Se refiere a la estructura lógica y coherente de las expresiones, garantizando que tengan sentido. Por ejemplo, en el idioma castellano, un adjetivo suele colocarse después del sustantivo (casa grande), mientras que en inglés, el adjetivo se antepone al sustantivo (big house).
- Semántica
Esta se enfoca en el significado de las palabras o frases, lo cual es crucial para evitar malentendidos. Algunos ejemplos relevantes incluyen:
- Palabras homónimas: se escriben igual, pero tienen significados distintos (ejemplo, lima ciudad vs. lima fruta).
- Palabras sinónimas: se escriben de manera diferente, pero significan lo mismo (ejemplo, rápido y veloz).
- Palabras antónimas: expresan significados opuestos (ejemplo, día y noche).
- Palabras parónimas: tienen pronunciaciones similares pero significados diferentes (ejemplo, actitud y aptitud).
Al comprender estos conceptos, ampliamos nuestro vocabulario y somos capaces de contextualizar y entender con precisión el significado de las palabras.
- Fonética
Este elemento se refiere al sonido y la pronunciación de las palabras. En muchos casos, especialmente en idiomas extranjeros, lo que se escribe no siempre se pronuncia de manera literal. Por ejemplo, en inglés, la palabra name se escribe así, pero se pronuncia como /neɪm/.
Habilidades comunicativas
Las habilidades comunicativas son fundamentales para que un ejecutivo logre establecer una conexión efectiva con sus receptores y/o emisores, generando un clima de energía positiva, asertiva y fluida que facilite el entendimiento mutuo y la comprensión entre las partes. A continuación, se describen los principales aspectos que conforman estas habilidades:
a) Disposición: Un buen ejecutivo debe mostrar buena voluntad y estar comprometido con el éxito de la interacción. Esto implica poner lo mejor de sí para que la relación con su contraparte sea valiosa e integradora. Por ejemplo, estar disponible para coordinar horarios y lugares de reunión según las necesidades mutuas.
b) Exponer: Todo ejecutivo debe ser capaz de presentar sus ideas de manera clara y argumentarlas de forma consistente. Esto incluye respaldar sus puntos de vista con fuentes primarias o secundarias de información que den credibilidad a sus planteamientos.
c) Escuchar: La asertividad en la comunicación requiere que el ejecutivo preste atención plena y demuestre respeto por lo que su contraparte expresa, mostrando interés genuino en su mensaje.
d) Preguntar: Ante cualquier duda o falta de comprensión, el ejecutivo debe tener la iniciativa de solicitar aclaraciones para evitar malentendidos y garantizar que el diálogo sea constructivo.
e) Responder: Un ejecutivo efectivo debe proporcionar respuestas claras, transparentes y válidas en relación con el tema tratado, mostrando apertura y compromiso con el desarrollo de la conversación.
f) Retroalimentar: Es esencial que el ejecutivo confirme que los temas discutidos han sido entendidos correctamente por ambas partes, extrayendo conclusiones positivas y asegurando que la interacción comunicativa sea productiva.
Un ejecutivo que no haya desarrollado ni potenciado sus competencias comunicativas enfrentará serias limitaciones en sus relaciones con sus stakeholders, tanto internos como externos. Esto afectará negativamente su eficiencia administrativa y la de la empresa que representa, ya que, como embajador de la organización, su desempeño impacta directamente en la percepción y el éxito dentro del ecosistema organizacional.