Entre ninis y deserciones
Frente al actual contexto, uno de los retos más grandes es el de asegurar la calidad y el acceso a educación superior. Solo en el 2020, seis de cada diez jóvenes tuvieron que detener sus estudios universitarios y técnicos a raíz de la crisis económica que viene atravesando el país por la pandemia. Las becas son una oportunidad para acortar dicha brecha educativa.
El desarrollo de la educación es un reto constante. Hoy más que nunca debemos asegurar la calidad y el acceso educación superior, pues es a través de ella que una persona puede romper el círculo de pobreza, empezar a trabajar y generar desarrollo que irradiará a su familia, su descendencia y al Perú.
De acuerdo con la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (FIPES), solo en 2020, aproximadamente 450,000 jóvenes peruanos abandonaron sus estudios superiores, de los cuales, cerca de 170,000 se encontraban siguiendo una carrera técnica. Asimismo, el año pasado se registró una caída de entre el 15% y el 20% de las matrículas en las universidades. Incluso, algunas instituciones tuvieron una disminución del alumnado en un 40% durante el primer semestre del 2020.
Los llamados ninis
Al 2019, según la Cámara de Comercio de Lima, nuestro país albergaba alrededor de 1 millón 364 mil 500 jóvenes (entre 15 a 29 años) que no estudiaban ni trabajaban, lo que representaba el 18,9% de la población que tienen dicho rango de edad. Si antes de la pandemia la inserción laboral de los jóvenes era complicada, el actual contexto profundizará esta condición. Se estima un retroceso de 10 años en la cobertura de educación superior y a la fecha, seis de cada diez estudiantes tuvieron que detener sus estudios universitarios y técnicos, de acuerdo con el MINEDU.
Habiendo tantos desafíos en el desarrollo de nuestro país y en nuestra sociedad, no podemos permitir que jóvenes talentosos, que cuentan con una visión clara y las ganas necesarias para salir adelante, se queden sin estudiar por falta de recursos económicos. Según investigaciones de la UNESCO, la concentración de poblaciones con instrucción en zonas urbanas estimula el desarrollo económico y la innovación. La educación no solo beneficia a las personas que la reciben; la formación de una masa crítica de personas cualificadas y competentes, impulsada por la existencia de instituciones de enseñanza superior, puede también redundar en beneficio de los demás.
En ese sentido, iniciativas del sector privado, como la de Becas BCP (www.becasbcp.com) son relevantes en este escenario, pues son la ventana para que los jóvenes puedan acceder a las mejores universidades e institutos a través de una beca que cubre costos académicos, acompañamiento (formación de habilidades blandas, adaptación, etc.) e inserción laboral. Desde hace más de 6 años, más de 600 becarios ya están desarrollando al máximo sus capacidades, convirtiéndose en profesionales altamente empleables. Transformando sus vidas gracias a su talento y una beca.