Por algo le llaman clásicos.
¿Cuántos de nosotros tenemos libros de cabecera?, ¿cuántos de esos libros son clásicos de la literatura universal?, ¿quiénes consideran que los clásicos son fuente de sabiduría general y profesional?
Yo soy uno y quisiera compartir contigo Antígona, que parece estar en las antípodas del mundo de los negocios, y despertar tu curiosidad.
La trama se centra en el conflicto entre las leyes humanas y las leyes divinas, representado por el enfrentamiento entre Antígona y el rey Creonte. Antígona desafía la orden de Creonte de no enterrar a su hermano, quien murió luchando contra él, argumentando que debe obedecer las leyes de los dioses que exigen el entierro de los muertos. Creonte, insiste en hacer valer su autoridad y castigar a cualquiera que desobedezca su decreto. Antígona lo desobedece y Creonte la condena sin escuchar los argumentos que le dan su hijo, enamorado y comprometido en matrimonio con ella y el sabio Tiresias, que le advierte de las consecuencias de su testarudez. El destino se ensaña con el protagonista y le da una lección que lo sorprende: Hemón, su hijo, se suicida junto a Antígona, Eurídice, su esposa, también se suicida al enterarse de la muerte de Hemón. La tragedia está consumada, su decisión de castigar a quién contravenga sus órdenes tiene consecuencias insospechadas y definitivas que terminan castigándolo a él.
¿Spoiler? para nada. El placer de su lectura supera cualquier resumen que pueda hacer yo o que pidan a la IA.
Ahora bien:
- ¿Qué tiene que ver Antígona con la gestión? Varias cosas, la primera y más importante es que se trata sobre el liderazgo, la miopía, el poder y los riesgos subyacentes.
- ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos frente a decisiones y dejamos de escuchar a nuestros cercanos (en este caso, representados por su hijo, Hemón y el sabio Tiresias)?
- ¿Cuántas veces tomamos decisiones que creemos definitivas y reaccionamos tan tarde que no hay vuelta atrás en sus consecuencias?
- ¿Cuántas veces dejamos de entender las variables que definen la gestión de personas, mercados y stakeholders (en este caso representados por los marcos mentales de Antígona y de Creonte), convirtiendo a colaboradores valiosos en esclavos funcionales?
Si no me crees, aquí una joya:
“¿Es que tengo que gobernar este país a gusto de otro que no sea yo?” (Creonte a Hemón). “Es que no hay ciudad alguna que pertenezca en propiedad a un solo hombre”. (Respuesta de Hemón a su padre).
De cada conversación y reflexión escritas en la obra se pueden extraer lecciones, por ejemplo, la analogía entre la ciudad y una organización, su gobernanza, el valor de sus componentes, el valor compartido, la cultura organizacional, entre otros. Anímate a leer Antígona, no te tomará más de una hora y te dejará pensando por varias más. Cuando lo hagas, ten a mano un cuaderno dónde tomar notas.
Por algo le llaman clásicos.

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