Citizen Centric. Perú, ¿cuándo?
Después de un lindo viaje familiar por Italia, Suiza y España doy fe que los problemas estructurales que tenemos como sociedad se encuentran en nuestras cabezas y en la de nuestros gobernantes.
En esos países, con todos los reparos que se puedan hacer, el ciudadano es el eje, como el consumidor lo es en una sociedad capitalista.
Dejando los asuntos técnicos y centrándome en la experiencia puedo decir que:
1.- Los datos y las plataformas tecnológicas permiten articular una experiencia (casi) sin fricciones en los medios de transportes, de comunicación, infraestructura general, en los sistemas de pago, en el sistema migratorio, etc. El sector público y el privado se encuentran integrados.
2.- El diseño de las soluciones está bien hecho, las ciudades se modernizan sin afectar su patrimonio cultural, se promueve la empresa, el arte, el turismo y el comercio y se respeta el legado, la historia y la tradición.
3.- Cada ciudad tiene un relato propio relacionado a su propuesta de valor: Madrid, estilo de vida; Barcelona, creatividad e innovación; Florencia, arte y cultura; Milán, cosmopolitismo; Roma, legado e historia; Sorrento y Amalfi, tranquilidad y placer; Lucerna, naturaleza, calidad de vida y seguridad.
Hay mucho más, pero podemos simplificar lo anterior en tres aspectos:
- Gestión de experiencia (a través de los datos, las plataformas y la infraestructura),
- El “Citizen Centric” donde el Estado trabaja para el ciudadano y no viceversa,
- El Relato como tangibilizador de una propuesta de valor,
Notaremos cómo se acciona un círculo virtuoso que hace que visitar estos lugares genere un “imprint” profundo que produce el deseo de regresar, en algunos caso de vivir, y de recomendar.
¿Qué estamos haciendo nosotros por acá?
Si solo pensáramos en el bienestar de las personas y de la sociedad en cada actividad que hacemos… Todo comienza y termina con nosotros, en nuestro mindset, en el de los líderes empresariales, gremiales, de los medios, de las organizaciones sociales y de las autoridades y la burocracia que nos gobierna.