Cinco principios para alcanzar las máximas prioridades del gobierno
Por Mariano Lafuente
El Coronel John Anibal Smith, el líder de los magníficos en la serie de los 80’s “Brigada A”, tenía una frase de cabecera con la que remataba cada episodio en el que ayudaban a la gente buena y honesta del mundo a solucionar sus problemas: “Me encanta cuando un plan se concreta”.
Seguramente esta misma frase es la que todos los Presidentes de América Latina les gustaría pronunciar al final de su mandato, que los principales objetivos que prometieron durante la campaña y en su gobierno fueron cumplidos según lo planeado. En los sistemas presidencialistas ellos son, a fin de cuentas, los únicos responsables ante la ciudadanía que los eligió.
Con una ciudadanía activa y demandante, y un flujo de información enorme en las redes sociales, cada vez hay menos espacio para excusas que justifiquen promesas incumplidas.
Para esto, como decía en mi anterior post sobre la luna de miel de los presidentes, hay que comenzar por tener un plan donde se marquen las prioridades de forma selectiva y se identifique exactamente lo que se quiere lograr, lo que se suele hacer al comienzo del mandato.
Luego se debe trabajar en fortalecer las capacidades de monitoreo de estas prioridades desde el Centro de Gobierno con cada sector, y en la coordinación intersectorial para llevarlas a cabo, ya que cada vez más los objetivos de gobierno se logran con contribuciones de más de un ministerio o sector. El ejercicio de estas y otras funciones clave son analizadas en el nuevo libro del BID: “Gobernar para cumplir con los ciudadanos: El rol del Centro de Gobierno en América Latina y el Caribe”.
Los sistemas de monitoreo de prioridades presidenciales desde el Centro de Gobierno (las instituciones que reportan directamente al Presidente) son una tendencia consolidada en los países de la OCDE y están en auge en América Latina. Cada vez más países están haciendo un seguimiento sistemático y selectivo del avance en las prioridades gubernamentales desde la Presidencia, e interviniendo para desbloquear obstáculos cuando las cosas no funcionan. Si bien cada ministerio debe monitorear el conjunto de sus actividades, las máximas prioridades del gobierno requieren un seguimiento específico desde la Presidencia.
Existen cinco lecciones clave de la experiencia internacional sobre la función de monitoreo de las prioridades presidenciales desde el Centro de Gobierno:
- Debe ocuparse únicamente de las máximas prioridades del presidente;
- La unidad puede ser pequeña pero debe estar empoderada políticamente y tener fuertes capacidades técnicas;
- Debe tener un rol subsidiario y bajo perfil, los protagonistas son los sectores;
- Se debe coordinar para evitar la duplicación de funciones con otras entidades centrales, por ejemplo Hacienda; y
- Se debe desarrollar mecanismos para recolectar, discutir y utilizar la información de desempeño con un enfoque de solucionar problemas y alcanzar los objetivos, no para culpar a nadie.
¿Dónde vemos experiencias exitosas que implementaron estos principios? Quizás las más reconocidas se hayan dado en el segundo mandato de Tony Blair en el Reino Unido con su Delivery Unit (o Unidad de Cumplimiento de Prioridades del Primer Ministro), y a nivel subnacional en Estados Unidos (CitiStat en Baltimore y StateStat en Maryland), luego replicadas en varios países del mundo.
En América Latina, ejemplos muy claros de cómo se están intentando implementar estos principios en la práctica pueden verse en Chile, Ecuador, Colombia, Honduras, Paraguay y la República Dominicana, entre otros.
Esta misma necesidad de fortalecer el centro de gobierno para resultados y concretar su plan de gobierno también se aplica a los gobernadores y alcaldes a nivel subnacional. Los Estados de Jalisco (México) y Pernambuco y Minas Gerais (Brasil) son claros ejemplos de muy buenos sistemas de monitoreo de las prioridades de gobierno con fuerte participación del gobernador.
Los ciudadanos de América Latina y el Caribe, en su rol de votantes, también van a estar satisfechos cuando el plan se concrete. Y probablemente así lo manifiesten en las siguientes elecciones.
Esta columna fue originalmente publicada en el blog Gobernarte, Ideas innovadoras para mejores gobiernos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)