¿Trabajar menos para producir más?
Por Noémie Feix
En Gotemburgo, Suecia, se está realizando un experimento en el cual algunos funcionarios públicos se beneficiarán de una jornada laboral de 6 horas, para comparar después su desempeño con el de los compañeros que seguirán trabajando 8 horas. Aparte del incremento de tiempo libre para los trabajadores, ¿cuáles son los beneficios de una reducción de la jornada laboral? Recientemente, John Ashton, presidente de la Facultad de Salud Pública del Reino Unido, llamó a la necesidad de una semana laboral más corta, a fin de mejorar la salud mental y remediar al problema de desempleo, sobre todo entre los jóvenes. La idea fue respaldada bajo el argumento de que una semana de trabajo más corta traería beneficios sociales (menos consumo de carbono, reducción de desempleo, aumento del bienestar social y ahorro de dinero). ¿Cómo? Resulta que los trabajadores con jornadas laborales más cortas pueden ser más productivos por hora.
La reducción de horas laboradas puede llegar a tener incidencia en la productividad. Según la OIT, reducir las horas de trabajo excesivas reduce la minimización del tiempo perdido dado que la empresa tiene que adoptar una nueva forma de organización. Además, produce cambios en la productividad influyendo en el estado fisiológico y motivacional de los trabajadores. La OCDE concuerda con la afirmación en un análisis del impacto de la reducción de tiempo laboral a 35 horas por semana en Francia y encuentra que las reorganizaciones debidas al cambio de ley pudieron ser fuente de ganancias de productividad por hora. Por tanto, ¿deberíamos adoptar una reducción de la jornada laboral en México?
Horas laboradas versus productividad
Veamos el promedio actual de horas laborales al día. Según la OCDE, los mexicanos trabajan 2.250 horas por año, 500 horas más que en el resto de países de la organización. ¿500 horas más? ¿De qué sirve ser el ‘champion’ de la OCDE en términos de jornada laboral? ¿Producimos más?
México produce en promedio US$ 16.7 por hora, mientras el Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada en Alemania asciende a US$ 55.3 donde un trabajador labora 7.4 horas al día en promedio y en Suecia a US$ 51.6. Además, “la productividad de un mexicano es apenas 19% de la de un trabajador irlandés, 23% de un francés. Se necesitan cinco mexicanos para producir lo mismo que un irlandés”.
Cuestión de eficiencia
¿Reduciendo la jornada laboral el país se volverá más productivo? No. Numerosos factores influyen en la productividad, como el desarrollo de capital humano, el acceso al crédito de MiPyMES, el acceso a tecnología, la creación de una estrategia de desarrollo económico en sectores innovadores…. La reducción del tiempo de trabajo, conjuntamente con otros factores, puede conllevar a un aumento de productividad, si se toma en cuenta la flexibilidad de cada unidad económica, sin imponerla como regla rígida a todos tipos de trabajo.
Reducir la jornada laboral no cambiaría la estructura productiva del país pero puede resultar en un aumento del bienestar y, por ende, de la productividad de los trabajadores y de las empresas, siempre y cuando esa iniciativa forma parte de un conjunto de cambios normativos y estructurales que pueden llevar el país hacia el crecimiento económico. Trabajar más horas no incrementa la productividad y la relación causal entre reducción de horas laborales y productividad no es directa. El elemento clave para el futuro desarrollo de México es avanzar en políticas laborales que logran mejorar la productividad, por lo que la reducción de las horas laborales puede ser un elemento a considerar.
Esta columna fue publicada originalmente en el Blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)