Nueva escopeta de dos cañones 11.07.17
Desde el inicio de este gobierno, los más altos representantes del Ejecutivo afirmaron que era más barato para el país finalizar la nueva Refinería de Talara (NRT) que pararla, y yo no estoy de acuerdo con ello. Primero porque ese argumento lo han venido repitiendo desde julio del 2016, mientras seguía aumentando su elevado monto de inversión; y ya estamos, por ahora, en $ 5,400MM. En segundo lugar porque nada asegura que 5,400 será la inversión final, porque PetroPerú (PP) no tiene credibilidad. Y no la tiene porque engañó a todos durante años cuando nos dijo que se trataba de una ampliación de la refinería actual, cuando se trataba de una refinería completamente nueva. Por lo que los $ 5,400MM pueden seguir aumentando. Tercero porque si se vendiera la NRT solo pagarían $ 1,592 millones, como Ricardo Lago lo ha demostrado. Cuarto, porque cuando termine la construcción se iniciará una nueva etapa millonaria en subsidios porque se tendrá que pagar la cuantiosa inversión . Además todos no solo estaremos subsidiando a PP sino también a la refinería privada . Y también podríamos terminar beneficiando a los importadores de gasolina y diesel. Este ya es un negocio floreciente: ya existe una empresa privada que debe tener un 20% del mercado; y no sería la única. Ya se están construyendo una serie de tanques que almacenarán la gasolina importada, porque se sabe que PP tendrá que vender por encima del precio internacional. Lo más preocupante es que el equipo de PPK conocía desde antes del inicio del gobierno que la NRT era un elefante blanco, y a pesar de ello siguieron adelante por razones políticas, en el mejor de los casos. En todo caso que el gobierno cuelgue en internet el informe por el que se decidió que convenía más seguir adelante que parar. Además Fernando Zavala afirmó que ese “es un proyecto que para mi gusto nunca se debió de hacer” en uno de los Contralor-audios . Y Alfredo Thorne expresó una opinión similar del Gasoducto Sur Peruano (GSP). Y si se comparan estas afirmaciones con lo que han afirmado ambos en público sobre los dos proyectos, se revela la existencia de una muy preocupante escopeta de dos cañones. Lo que naturalmente afectará aún más la credibilidad del gobierno.
Y para el caso del GSP la solución es menos complicada, ya que recién se va a convocar a una nueva licitación. Suponemos que se ha encargado un estudio de mercado, el que con seguridad demostrará que no existe demanda en el sur para un proyecto de las características del GSP. Por lo que simplemente se debería de reemplazar el proyecto por un agresivo programa de ductos virtuales. O ,si se decidiera seguir adelante, debería de pasar por un radical redimensionamiento . Si no fuera así el gobierno estaría afectando a los contribuyentes con miles de millones de dólares en subsidios totalmente innecesarios. De otro lado, el deteriorado estado en que están los hospitales y escuelas públicas; lo insuficiente que es la policía para lucha contra la inseguridad ciudadana, etc; se debe principalmente a la dilapidación de los recursos públicos incurridos en el pasado en proyectos como las Interoceánicas sur y norte, diversas irrigaciones, etc. Pero ese deterioro se profundizará significativamente más sino paramos el GSP y la NRT , un par de elefantes blancos que nos van a costar muchísimo a todos los peruanos. Ya hemos perdido mucho dilapidando recursos fiscales que no nos sobran en megaproyectos que no necesitamos. Esto tiene que parar.