Los primeros 100 días
(25/01/2016)
Enfrascados en el fragor de la contienda electoral, en el intercambio de acusaciones y en atenuar las divisiones internas por las listas al Congreso, sería muy interesante conocer qué candidatos y equipos de gobierno están realmente preparados para lanzar en los primeros 100 días de gobierno las reformas estructurales que el país requiere con urgencia para aumentar la competitividad y asegurar el crecimiento.
Es que lo más probable es que se estén privilegiando las medidas más efectistas y populistas de corto plazo en detrimento de lo realmente importante. Es que hay que estar muy conscientes de que la tradicional luna de miel de la que disfrutan los gobiernos al inicio de su periodo, cada vez es más corta. Pero a la vez es en esa primera etapa en la que el gobernante de turno tendrá un mayor nivel de popularidad para impulsar las reformas. Es que, tal como están las encuestas al día de hoy, lo más probable es que ninguna agrupación política que resulte elegida tenga una mayoría en el Congreso, por lo que necesariamente tendrá que formar alianzas con uno o más grupos políticos para lograr la aprobación de las mismas.
Hay que considerar que las reformas estructurales, al intentar cambiar el ordenamiento establecido, encontrarán resistencias de aquellos que resulten afectados por las nuevas reglas del juego. Por lo que se necesitará del apoyo del Gobierno para vencer dichas resistencias e implementar las nuevas reglas del juego. Un claro ejemplo de las dificultades que se tienen que afrontar cuando se intenta llevar adelante una reforma estructural a destiempo, es el caso de la reforma universitaria.
El nivel de popularidad del presidente Humala actualmente es muy diferente del que tenía en su etapa inicial. Asimismo, la fortaleza de la bancada oficialista hoy es muy distinta de la que ostentaba inicialmente; y la oposición, naturalmente, está menos dispuesta a colaborar. Y aquellos que lleguen al poder y recién en ese momento se pongan a evaluar qué reformas van a llevar adelante, habrán perdido una oportunidad muy valiosa. Es por ello que las agrupaciones políticas deberían tener un equipo que solo esté pensando en las reformas estructurales, teniendo muy clara la secuencia en que se van a implementar las mismas, contando inclusive con las exposiciones de motivos y los proyectos de dispositivos legales para presentarlos al Congreso. Porque de lo contrario quedarán atrapados por los “impostergables” problemas del día a día y, como de costumbre, lo importante cederá paso a lo urgente.
De otro lado, es importante que en el futuro tengamos cada vez más objetivos de Estado, que trasciendan los gobiernos de turno. Si eso se ha logrado en el modelo económico durante 25 años, no veo por qué no se podría lograr en otras áreas. Y algo de esto está sucediendo en el sector educación, en el que el ministro Saavedra ha avanzado sus reformas sobre lo logrado en el gobierno anterior. Afortunadamente, más de un candidato presidencial ha mencionado inclusive que de llegar al Gobierno ratificarían en el cargo al actual ministro de Educación.
Otra reforma que debería de apoyarse su continuación es la que se está desarrollando en la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir). En la que numerosas entidades ya han ingresado a un proceso de tránsito y se encuentran en camino para adoptar la contratación del régimen del Servir. Y resulta fundamental desarrollar todos los esfuerzos posibles para que el Gobierno recupere un mínimo nivel de eficiencia que pueda acompañare impulsar el crecimiento económico. Asimismo, un servicio civil basado en la meritocracia permitirá alcanzar un mayor nivel de competitividad y minimizará las tradicionales manipulaciones políticas.
Finalmente, hay que considerar que en el 2016 el entorno internacional viene muy complicado y el inicio del año no ha sido el mejor. Inclusive algunos ya lo están denominando “A year of Sovereign Defaults”. Y el FMI ya ha recortado sus pronósticos de crecimiento global por tercera vez en menos de un año. Por lo que, considerando las crecientes dificultades externas que nos tocará enfrentar, hay que hacer lo imposible para no complicarlo más internamente.