Redacción Gestión

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Es importante estar conscientes de nuestro comportamiento emocional al momento de decidir.

El estudio del sesgo humano en la toma de decisiones de inversión es un elemento cada vez más analizado en el campo de las finanzas.

El análisis del comportamiento del inversionista busca explicar algunos supuestos difíciles de cumplir bajo la teoría de las finanzas tradicionales.

La teoría de las finanzas tradicionales asume que todos los inversionistas son adversos al riesgo, que tienen información perfecta y que se enfocan en maximizar su función de utilidad, la cual mide la satisfacción de las personas al incrementar su riqueza. Sobre esta teoría, dicho comportamiento genera mercados eficientes en donde los precios reflejan toda la información disponible para el inversionista.

En contraste, la teoría del comportamiento humano en las finanzas busca explicar el impacto de las emociones y la psicología de las personas al realizar decisiones de inversión. En este campo de las finanzas, dos aspectos son relevantes: los errores cognitivos y los sesgos emocionales.

Errores y sesgosLos errores cognitivos son aquellos que se derivan de un fallo en el razonamiento del inversionista provocado por la falta de comprensión de la estrategia de inversión o por errores al procesar la información. Por el contrario, los sesgos emocionales no están relacionados con un pensamiento consciente, sino que se derivan del impulso de los sentimientos o la intuición.

Dentro de los errores cognitivos más frecuentes podemos encontrar varios sesgos, como el conservador, en el cual el inversionista se resiste a cambiar la estrategia de inversión a medida que nueva información es incorporada al mercado. El de confirmación, por su parte, se presenta cuando las personas buscan únicamente información que confirme su análisis o sus creencias; mientras que el de control se genera por una ilusión de dominio excesivo de información que deriva en la falsa creencia de poder controlar diversos eventos de mercado.

Por otra parte, algunos de los sesgos emocionales más relevantes son: el de aversión a las pérdidas, el cual se genera cuando el inversionista evita el dolor de realizar una pérdida manteniendo una inversión perdedora en el portafolio con la esperanza de una posible recuperación en los precios.Adicionalmente, el de confianza excesiva ocurre cuando las personas sobrestiman sus habilidades de razonamiento e intuición, subestimando a su vez el riesgo y generando portafolios poco diversificados.

Otro sesgo emocional es el sentimiento de arrepentimiento, el cual se presenta cuando el inversionista opta por no actuar o, por el contrario, invertir de acuerdo con el consenso del mercado por miedo a tomar una decisión equivocada.Finalmente, es importante que el inversionista, además de considerar sus objetivos y limitaciones de inversión, sea consciente de su comportamiento emocional y psicológico en la toma de decisiones, para evitar sesgos que generen decisiones de inversión inapropiadas y que deriven en portafolios de inversión riesgosos y poco diversificados.