La refinanciación de deudas, aquella a la que un usuario del sistema bancario recurre cuando tiene dificultades para el pago, puede ser un obstáculo para el manejo saludable de las finanzas personales y, peor aún, afectar la calificación crediticia.

"Cuando uno refinancia una deuda, la entidad que te la está refinanciado, tiene la obligación de bajarte un nivel en la calificación crediticia", explica , jefe de la Plataforma de Atención al Usuario de la SBS.

"En este caso la SBS ha determinado que tiene que calificarlo con un nivel por debajo del que corresponde. Por ejemplo, si viene pagando al día sus obligaciones, no la va a calificar como normal, sino como problemas potenciales", detalló Willstatter.

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La clasificación crediticia de la se divide en cinco categorías, en función de los días atrasados de pago. En créditos de consumo, se divide en: Normal (atraso máximo de 8 días calendario); Problemas potenciales (atraso de entre 9 y 30 días calendario); Deficiente (entre 31 a 60 días calendario); Dudoso (entre 61 a 120 días calendario) y Pérdida (atraso de más de 120 días calendario).

Esto se debe a que los créditos refinanciados todavía generan riesgo. "Las personas que han accedido a un refinanciamiento, es muy posible que en el futuro también tengan problemas para pagar su crédito", indicó Willstatter.

AlternativasSin embargo, cada seis meses las entidades financieras revisan el historial crediticio, por lo que un deudor debe pagar puntual en este plazo para poder mejorar su calificación crediticia.

Por otro lado, existe la figura de la reconsolidación para refinanciar una deuda. "Si tienes varios créditos, los puedes consolidar en uno y refinanciarlos como uno solo", dijo Willstatter. Algunas entidades financieras ofrecen un período de gracia hasta por dos meses, pero en este período también se generan intereses.