Cuando Alejandro decidió utilizar la plataforma Airbnb para hallar hospedaje en un viaje a Estados Unidos, la dinámica de este tipo de servicios le pareció tan atractiva que decidió hacer lo propio al poner en renta una habitación que le sobraba en su departamento en la colonia San Pedro de los Pinos, en la Ciudad de México.

Tras varios meses de ganarse una buena reputación en la plataforma, la renta de esta habitación —que le genera un ingreso de aproximadamente 9,000 pesos mensuales— le ha ayudado a pagar casi la mitad de los pagos mensuales de su hipoteca, lo que le motivó a comprar una casa en Playa del Carmen, Quintana Roo, para ponerla a disposición de los vacacionistas en la misma plataforma.

A diferencia de la urbe, en zonas turísticas la constancia de los ingresos tiende a polarizarse, según percibe Alejandro.

"En ese tipo de ciudades el vaivén de gente va relacionado con la temporada alta y baja, y sí he sentido la diferencia: en julio estuvo lleno prácticamente todo el mes, e incluso no sólo se pagó la hipoteca, sino un extra de 40% arriba de ésta; en agosto estuvo ocupada la mitad del mes, y apenas se pagó la hipoteca; en septiembre prácticamente estuvo vacía todo el mes, y en octubre se ocupará poco menos de la mitad del mes", detalló.

Por ello, si se renta un inmueble en estos lugares, el anfitrión considera que es importante tener un colchón para el pago de la hipoteca, ya que hay temporadas en las que se ingresa lo suficiente para financiar la hipoteca (o más) como diciembre o Semana Santa, pero también hay que estar preparados para temporadas donde no saldrá ni siquiera la mitad, e incluso nada.

A ello hay que añadir el incremento de gastos corrientes, que en el caso de Alejandro ha alcanzado un máximo de 20%, lo que se ve compensado por los ingresos que recibe. "Con el precio al que están, si cobras 30 dólares por noche no es nada (para el huésped), pero son 18,000 pesos mensuales (para el anfitrión)".

¿Hay riesgos?

Habiendo meses en los que la casa parece pagarse sola, cabe preguntarse: ¿esto es legal? ¿Hay un pero? Si se le pregunta a anfitriones de países como Estados Unidos y el Reino Unido, la respuesta es que sí, hay consecuencias, específicamente en las condiciones del crédito si se quiere sacar una segunda hipoteca, ya que varios anfitriones han reportado que se les imponen tasas más altas y plazos más largos.

Incluso algunos bancos se abstienen de ver como sujetos de crédito a ciertos anfitriones, ya que no otorgan préstamos para propiedades que se utilizarán como inversión, según reportaron entre abril y agosto de este año los diarios The Guardian y The Wall Street Journal.

Brindar buen servicio, la clave

Aunque a la fecha Alejandro tiene su habitación de alquiler ocupada hasta diciembre, la demanda no siempre ha sido la misma, ya que un inmueble sin referencias inspira menos tranquilidad que uno del que se habla bien.

"En ese tipo de aplicaciones lo más importante es lo que la gente dice de la propiedad, porque todo el esquema está basado en confianza; nadie se conoce ni tiene prueba realmente de nada, entonces las valoraciones dan confianza a los posibles inquilinos", abundó.

Según las estimaciones de Alejandro, con tres comentarios positivos la ocupación mensual de su habitación es de 50%; con 10 comentarios positivos, 75% de la ocupación, y después de los 20 prácticamente es de 100%.

Aunque su departamento suma 40 valoraciones positivas, la casa de Playa del Carmen apenas suma tres desde junio de este año, por lo que considera que brindar una buena atención es la clave para alcanzar un ciclo de éxito.

Diario El Economista de MèxicoRed Iberoamericana de Prensa Econòmica