Kelsey Sheehy, de NerdWallet (*)
A medida que su vida financiera y profesional se entrelazan y se hacen más complejas, no dude en buscar una guía.
Todos necesitamos consejos, aliento y alguien con quien hablar de estas cosas de vez en cuando. Familiares y amigos pueden ayudar, aunque los seres queridos no siempre darán asesoría objetiva.
Por eso hace falta un referente, un mentor. O varios. Uno para asuntos financieros. Otro para las cosas de la vida. Un referente espiritual. Alguien que lo ayude con sus relaciones.
Básicamente, en todas las áreas de la vida en las que necesita ayuda, hay un mentor que lo puede asistir. Estas relaciones no salen de la nada.
La búsqueda de un referente
No puede acercarse a alguien y decirle, “¿quieres asesorarme en esto?”. Estas relaciones, no obstante, no necesariamente tienen que ser algo muy formal.
“Creo que los referentes más valiosos son los que surgen de una forma orgánica”, dice Alison Green, creadora de Ask a Manager (Pregúntele a un Gerente), un portal que ofrece asesoría financiera.
Encuentre alguien con quien se entiende bien, ya sea en el trabajo, en su círculo social o en su comunidad espiritual, y empiece a tener conversaciones más profundas. Pídale su perspectiva y téngala como referencia.
Esa persona puede ser mayor que usted o de su misma edad. En algunos casos, una persona de su generación puede comprender mejor sus circunstancias laborales, personales y en la vida, según Green. Ellas están pasando seguramente por las mismas cosas.
Hay situaciones en las que una relación más formal puede ser lo indicado. Si usted quiere abrir un negocio, por ejemplo, necesita alguien que comprenda su visión y tenga la experiencia y los conocimientos como para ayudarlo a hacerla realidad.
Tal vez no haya una persona como esa en su círculo. Pero puede encontrarla afuera de él.
Ya sea que usted quiere destacarse en funciones gerenciales, ahorrar para la jubilación o involucrarse más con su iglesia, defina bien sus objetivos. Eso puede ayudarlo a encontrar el referente que busca, de acuerdo con Bridget Weston, CEO de Score.
“Defina sus objetivos y lo que quiere de esta persona”, dice Weston. “Luego hable con ella y dígale: ‘Esto es lo que busco. ¿Tú crees que puedes ayudarme?’”.
Haga que esto funcione
Este tipo de relaciones requieren tiempo, energía y concentración. Una persona, por otro lado, debe ser abierta y admitir que es vulnerable.
— No se calle nada: Confiese sus temores y sus dudas. Eso tal vez no pueda hacerlo de entrada, pero a medida que se profundiza la relación, trate de no guardarse nada.
“Tiene que generar confianza con su mentor para sacarle el mayor provecho a esta relación”, dice Weston. “Si se guarda cosas y no es 100% auténtico, no va a rendirle al máximo”.
Si después de algunas sesiones no se siente cómodo, busque otra persona, recomienda Jennifer Jones, fundadora de Cosmopolitan Plated, una empresa culinaria de Arlington, Virginia, que ofrece clases de cocina y actividades para generar un espíritu de equipo.
“Es como salir con alguien. Necesitas salir con esa persona tres veces para tener una idea de quién es”, expresó Jones, quien es coach personal y de asuntos financieros. “Si después de la tercera charla piensa que esa relación no funciona, dígaselo delicadamente. La otra persona lo entenderá”.
— Haga las tareas: Esta no es una clase en la que puede hojear un texto cinco minutos y luego salir adelante durante la clase. Tome notas, tenga preguntas preparadas y, lo más importante, haga las cosas que dijo que iba hacer.
“Si no las haces, quiere decir que no te importan”, dice Jones. “Y si no te importan, o la relación con tu mentor no funciona o no estás listo para esto”.
(*) Esta columna fue suministrada a la Associated Press por el portal de finanzas personales NerdWallet.