Foto: AFP
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La subasta de obras maestras antiguas, como la de un cuadro atribuido a Caravaggio prevista para el 27 de junio en Toulouse, son en general muy raras, ya que la mayoría de esas obras llegaron a museos hace muchos años, a veces hasta siglos.

Entre las obras subastadas por más de US$ 30 millones se pueden hallar 32 lienzos de Pablo Picasso, 27 de Andy Warhol, 23 de Francis Bacon, 21 de Mark Rothko, pero solamente una de Leonardo da Vinci, una de Rafael, una de Rembrandt y una de Vermeer, de acuerdo con una base de datos de AFP.

Si encuentra comprador en Toulouse, "Judith y Holofernes" será la primera obra del maestro italiano Caravaggio que entra en esa prestigiosa lista.

En total, de las 311 obras de arte que superaron la barrera de los US$ 30 millones, solamente 13 son de los clásicos, los grandes pintores europeos de antes del año 1800.

En comparación, 142 son impresionistas o modernas, y 132 son obras contemporáneas.

¿Y por qué esas subastas son poco comunes?

La mayoría de las grandes obras maestras antiguas ya llegaron a museos y a "colecciones públicas" en los siglos XVIII, XIX e inicios del siglo XX, "compradas u obtenidas mediante donaciones", explicó Patrick Michel, profesor de la Universidad de Lille francesa y especialista del mercado de arte.

Por lo tanto, esa obras generalmente no llegan al mercado.

Además, muchos de los grandes maestros -como Leonardo o Vermeer- no dejaron una obra tan numerosa como ciertos artistas contemporáneos. Por ejemplo, Jean-Michel Basquiat, quien falleció a los 27 años de edad, dejó centenares de obras, muchas de las cuales han superado el millón de dólares en subastas.

También se debe agregar el "problema de la atribución", dijo Michel.

"Muchos cuadros antiguos no permiten una atribución con certeza a un pintor, y eso deja la puerta abierta a discusiones entre expertos", dijo.

Es el caso del "Salvator Mundi", atribuida a Leonardo, y de esta "Judith y Holofernes".

Michel describe un "mercado de pinturas antiguas que marcha a dos velocidades diferentes". De un lado, hay "muchas obras de calidad mediana y baja" que no tienen clientela, y algunas "muy raras" obras maestras.

"Cuando una pintura que parece importante llega al mercado, las grandes instituciones del mundo afilan sus cuchillos financieros. Son museos estadounidenses, británicos y, ahora, emiratíes", explica.

Esto ocurre especialmente cuando "la pintura aparece de la nada", como la tela de Caravaggio, hallada en el 2014 en el desván de una casa de la ciudad francesa de Toulouse.

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