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TEMAS DE CONVERSACIÓN

Si supone que alguien que lo ha rechazado una vez tiene pocas probabilidades de acceder a una solicitud posterior, su suposición podría ser incorrecta. Una investigación realizada por Daniel A. Newark, Francis J. Flynn y Vanessa K. Bohns demuestra que decir "no" hace que la gente se sienta culpable y, por tanto, eleva la probabilidad de que diga que "sí" a la siguiente solicitud. Por ejemplo, en un experimento, la gente en un campus universitario que se rehusó a hacer un favor a un desconocido contestando un cuestionario subsecuentemente se mostró 30% más propensa a aceptar una segunda solicitud del extraño, consistente en enviar una carta por correo.

(Fuente: HBR.org)

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Ni las firmas con tendencia izquierdista ni las derechistas tienen motivos para la complacencia

Las compañías estadounidenses con cultura republicana, con base en las tendencias políticas de sus altos ejecutivos y otros factores, tienen entre 42% y 79% más probabilidad que las firmas demócratas de ser demandadas por temas laborales, ambientales o relacionadas con el empleo. Pero las empresas demócratas tienen 33% más probabilidad que las republicanas de ser demandadas por violaciones a la seguridad y 15% más probabilidad de ser demandadas por cuestiones de propiedad intelectual, informa un equipo encabezado por Irena Hutton, de la Universidad Estatal de Florida. Los hallazgos sugieren que las compañías son permeadas por los valores de sus inclinaciones políticas, con las empresas republicanas enfatizando la importancia de la libre empresa y la regulación gubernamental limitada y las compañías demócratas enfatizando los derechos laborales y la protección ambiental, afirman los investigadores.

(Fuente: Management Science)

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Los equipos racialmente diversos podrían llevarse mejor de lo que usted piensa

La gente tiende a hacer juicios sesgados sobre qué tan bien se llevan los integrantes de equipos racialmente diversos, según experimentos dirigidos por Robert B. Lount Jr., de la Universidad Estatal de Ohio. Los participantes en la investigación que leyeron la transcripción de una discusión de un equipo calificaron el nivel de conflicto en la relación del grupo con 4.64 puntos en una escala del 1 al 7, en promedio, si el equipo era descrito como racialmente diverso, pero con 4.11 puntos si se decía que era homogéneo, reflejando las expectativas de la gente de mayor fricción interpersonal entre personas de razas diferentes. Además, los participantes se mostraron menos dispuestos a consentir con la petición del equipo de más recursos si era descrito como racialmente diverso.

(Fuente: Organization Science)

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Los gobiernos estatales de EU pueden achicarse gastando más en TI

En Estados Unidos, una forma en que los gobiernos estatales pueden reducir su gasto es destinando más fondos a la tecnología de la información (TI): en promedio, un aumento de US$ 1 en el presupuesto de TI del director de información de un estado se asocia con una reducción de hasta 3.49 dólares en los gastos generales del gobierno de ese estado, dice un equipo encabezado por Min-Seok Pang, de la Universidad de Temple. Entre 1970 y 2011, la proporción de los gastos de los gobiernos estatales en relación con el producto interno bruto de Estados Unidos se duplicó, de 5% a 10%, conforme aumentó la demanda de servicios.

(Fuente: Management Science)

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*La creciente brecha de la productividad

Pese a una declinación de la productividad general en todo el mundo, la productividad de un reducido número de empresas manufactureras ha estado creciendo a una tasa anual promedio de 3.5%, o el doble que la tasa de la empresa manufacturera promedio, según una investigación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Una versión más extrema de este fenómeno sucedió en los servicios, donde las firmas pertenecientes a lo que la OCDE llama la "frontera de la productividad global" vieron un crecimiento del 5 por ciento, lo que eclipsó el aumento de la productividad en las compañías promedio. En un artículo para HBR.org, Chiara Criscuolo de la OCDE afirma que las principales empresas globales tienen la capacidad de innovar, mientras que el resto son lentas para adoptar las nuevas tecnologías y mejores prácticas. La Gran Recesión, por supuesto, no ayudó.

(Fuente: HBR.org)

Distribuido por The New York Times Syndicate