Redacción Gestión

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El siglo XXI trajo consigo un largo proceso de movilidad social en el que las mujeres finalmente ingresaron al campo laboral. En el Perú, durante los últimos quince años, la actividad económica femenina creció a un ritmo de 4.4% mientras que la masculina a menos del 2.1%, según el antropólogo . No es de extrañarse, entonces, que muchas mujeres sean ahora las nuevas "jefes del hogar" también en un nivel económico.

En Estados Unidos, un 40% de mujeres gana más sueldo que sus esposos, de acuerdo al Bureau de Estadísticas Laborales. "Como el resto de millones de mujeres, esto me pone me pone al medio de un particular dilema moderno: cómo manejar las tensiones de un matrimonio entre una mujer alfa y un hombre beta", dijo Susan Gregory, periodista de The Wall Street Journal.

Primero, desmitifica el retrato del esposo "que se queda en casa" y que es identificado como un hombre flojo y descuidado con los hijos. De hecho, lo que realmente parece suceder es que los hombres en esta situación sienten que no han alcanzado el estándar de proveer, solo con su salario, a toda la familia. "Pueden sentirse amargos, avergonzados o irritables. Y sus esposas sentirán resentimiento y presión", explicó Gregory.

Su artículo documenta varios ejemplos de hogares con este mismo dilema. Greg, 39 años, es un actor y papá que se queda en casa, cuya esposa, Shannon, trabaja como profesora y directora artística de una compañía de danzas en Brooklyn. "No pienso mucho en los roles de género, pero sí siento amargura y desesperanza porque no puedo mantener financieramente a mi familia", dijo Greg, "estoy cansado de leer blogs sobre qué tan 'empoderados' son los hombres que se quedan en casa. Pregúntales cómo siente no recibir un salario fijo".

Continuando con Norteamérica, del primer 20% de familias con ingresos, el 34% de las mujeres estadounidenses ganan tanto o más que sus esposos. Sin embargo, en el último 20% de hogares con ingresos, el 70% de mujeres son las que llevan el pan a la mesa. En los hogares de clase media, la mitad de las esposas sostienen económicamente a su familia.

En el ejemplo de Brooklyn, Greg y Shannon llegaron a acuerdo, aunque poco firme. Ella reconoció que debe considerar más las dificultades de cuidar a dos niños y hacer trabajos inesperados. También insistió en necesitar vacaciones. "Quiero ir de viaje por dos semanas en el verano, y eso implica que para lograrlo estamos turnándonos en casa y cocinando nuestra propia comida", dijo Shannon. Greg cree que se trata de un proceso. "Cuando llegas a un acuerdo filosófico, ayuda a eliminar los resentimientos. Pero aunque estemos en la misma página, no hemos llegado aún.