El CEO de LinkedIn, Jeff Weiner, creó hace poco un fantástico diagrama de Venn que sin duda define las cualidades de un gran compañero de trabajo.
Pero eso solo sería un concepto general de la fórmula, pues hay muchas otras características básicas que los empleados de alto rendimiento deben mostrar en su trabajo, como ser alguien autónomo, productivo y un trabajador en equipo.
"Con los años, también he descubierto algunos rasgos fuera de lo común en el trabajo que pueden ayudar a llevar el desempeño laboral de una persona de bueno a excelente", opina Ryan Holmes, CEO de Hootsuite y colaborador de LinkedIn.
"Son pequeños ajustes que podrían hacerlo destacar entre todos en la oficina, y por supuesto, hacer la vida de su jefe más fácil, lo cual es siempre algo buena", agrega en su artículo.
Escriba correos electrónico más cortos. Con los años, he ido practicando hasta lograr escribir mensajes de correo electrónico de tres frases, dejando de lado el relleno y manteniendo solo los puntos más esenciales. Esto me ahorra tiempo y ahorra el tiempo del lector. "Cada vez que recibo un extenso email de un empleado nuevo, me pregunto si las cosas podrían haber sido expresadas de forma más sucinta y si toda esa información es absolutamente esencial", se pregunta Holmes. El tiempo es a menudo el bien primario más valioso de un jefe. En lugar de enviar emails demasiado largos, guarde esa comunicación más importante para una llamada telefónica o una reunión.
Salga de una reunión. "Me encanta cuando los empleados salen de una reunión de grupo conmigo presente", afirma Holmes. ¿Por qué? Las reuniones son, por naturaleza, ineficientes. Algunos temas del programa se resuelven en cuestión de minutos, mientras que otros duran para siempre. Los temas que son críticos para algunos miembros del grupo podrían ser completamente irrelevantes para otros. La solución: Póngase de pie y pida permiso para retirarse cuando vea que los temas no aportan nada a su trabajo. "Prefiero que mis empleados hagan buen uso de su tiempo que estén sentados por cortesía escuchando información que no pueden utilizar", agrega. Ahora bien, no todos los jefes ven las cosas de esta manera, pero esta actitud sí le agradará a aquellos que se preocupan por la eficiencia y productividad.
Cometa errores de vez en cuando.Hay dos tipos de fracaso, el error producto de la incompetencia y el fracaso debido a la ambición. Un buen jefe reconoce la diferencia entre estos dos y respeta a los empleados que a veces fallan por la última razón. "Tengo una gran admiración por la gente que se arriesga por conseguir retos, que toma proyectos que pueden ser demasiado grandes o demasiado ambiciosos. Y no los culpo si las cosas no salen según lo planeado". Sin riesgo, después de todo, es difícil para cualquier empresa salir adelante. Steve Jobs sabía esto muy bien. Si bien Apple es venerado por el iPhone y el MacBook, muy pocos recuerdan los muchos productos que fueron un total fracaso, como el Apple Lisa, el Apple III y el cubo Power Mac G4. Un buen jefe sabe que el fracaso y la innovación son dos caras de la misma moneda.