Kanye West, quien ahora se llama Ye, guardó silencio en Instagram después de despotricar durante semanas contra Kim Kardashian. (Foto: Getty Images).
Kanye West, quien ahora se llama Ye, guardó silencio en Instagram después de despotricar durante semanas contra Kim Kardashian. (Foto: Getty Images).

Tras la separación de los padres de Emily Pina, esta joven de 27 años de Phoenix se pasó años escuchando a su padre, que rogaba por que le permitiesen volver a ser parte de la familia. Se hizo más insistente cuando su madre comenzó a salir con otros hombres de nuevo.

¿Le suena algo conocido?

“Es lo mismo que con Kanye y Kim”, dijo la muchacha. Igual que con esas celebridades, las publicaciones de su padre en las redes sociales figuraron prominentemente en el proceso de divorcio, como ocurre a menudo cuando la separación no es amigable.

Kanye West, quien ahora se llama Ye, guardó silencio en Instagram después de despotricar durante semanas contra Kim Kardashian. Decía que lo hacía en su condición de buen padre, pero muchos lo vieron como una táctica agresiva e intimidatoria. Entre sus blancos figuraron el nuevo novio de Kardashian, Pete Davidson, y el conductor del programa “The Daily Show” Trevor Noah, que comentó el divorcio.

Pina dice que el divorcio de sus padres se vio afectado cuando una mujer a la que su padre, hoy fallecido, conoció a través de las redes y trató de traer a Estados Unidos le robó US$ 10,000. La “mujer” resultó ser un hombre. En otros casos, Instagram, Twitter y Facebook son usados como un arma en procesos de divorcio. Cada vez más divorcios incluyen el robo de emails, cuentas bancarias conjuntas y otras cuentas a las que los dos esposos tenían acceso.

Dan Stock, abogado de Nueva York especializado en asuntos familiares, advierte que despotricar contra la pareja en las redes sociales puede tener serias consecuencias si los textos, comentarios, fotos y demás cosas llegan a los tribunales. Sobre todo, cuando los padres se disputan la custodia de los hijos.

“Ni siquiera un Kanye debe hablar mal (de su pareja) en las redes sociales. Arruina todas sus posibilidades en un divorcio”, sostuvo Stock.

Una decena de abogados que lidian con divorcios, disputas por la custodia de los hijos y abusos en la relación están de acuerdo. En Estados Unidos hay varios estados con nuevos parámetros para el concepto de “control coercitivo”, equiparándolo a una forma de abuso no físico.

Las víctimas de hostigamientos y abusos dicen que es común que su pareja ventile en las redes sociales los problemas en la relación.

“Lo de Kim es muy interesante. Es tal vez la mujer más protegida en Estados Unidos. Tiene todos los recursos. Pero es un buen ejemplo de que contar con todos los recursos (para defenderse) no importa”, expresó Lenora Claire, sobreviviente de un acosador y de hostigamiento que defiende a las víctimas en Beverly Hills (California).

“Es doloroso verlo, pero también ayuda a abrirle los ojos a la gente”, comentó.

Katie Hood, CEO de la One Love Foundation, una organización sin fines de lucro, sabe de muchos casos en los que las publicaciones en las redes sociales son usadas en contra de una persona en los trámites de divorcio o separación. Su organización ofrece herramientas para determinar si una relación es saludable o no.

“Una separación”, afirmó, “es el momento más peligroso en una relación. Es cuando una persona abusiva pierde el control y hace cosas para tratar de recuperarlo: trata de controlar el relato, la percepción que la gente tiene de su pareja”.

Ver la pelea entre Kim y Ye en las redes conmueve a muchas personas que han sido víctimas de una relación abusiva, según Hood.

“Mucha gente con la que he hablado dice que esto les recuerda a su ex. Cómo su ex reaccionó a la ruptura”, señaló. “Las redes sociales son una especie de megáfono, un nuevo canal. En los viejos tiempos, cuando no había todo esto, no te dabas cuenta de cómo tu pareja rehacía su vida, de lo que hacía o con quién estaba”.

Años atrás, recordó Hood, una amiga se separó y su ex trató de hacerle la vida imposible con llamadas a sus patrones y familiares, en las que les decía lo horrible que era, revelaba secretos y amenazaba con difundir fotos comprometedoras.

“Ahora lo único que tienes que hacer es publicar algo en las redes, meterte en LinkedIn o crear cuentas falsas y bombardear a la gente con información que puede ser muy perjudicial”, agregó.

Ya hay un par de consecuencias para West. Lo vetaron en Instagram por 24 horas y le retiraron la invitación para actuar en la ceremonia de los Premios Grammy el 3 de abril después de lanzar un insulto racial a Noah, el maestro de ceremonias. Noah había dicho que no había que condenar a West, sino ayudarlo.

Ye se llevó dos premios, pero no los pudo recoger. Desistió de presentarse en el Coachella Valley Music and Arts Festival, según TMZ y otras fuentes, dando a los organizadores menos de dos semanas para encontrar un reemplazante. No ha dicho una palabra en público desde entonces.

En febrero, Kardashian pidió a un juez que ignorase los intentos de Ye por demorar el trámite del divorcio y que pusiese fin a su matrimonio lo antes posible.

Lo logró, diciendo que “el señor West diseminó por las redes sociales comunicaciones privadas de las partes y desinformación acerca de cuestiones familiares personales y de la educación conjunta de nuestros hijos, lo que causó angustia emocional”.

West ha hablado abiertamente acerca de sus problemas siquiátricos y de su diagnosis de trastorno bipolar.

Dan Jaffe, abogado especializado en disputas familiares de Los Ángeles, dice que “todo se complica cuando usamos los medios para tratar de resolver las cosas. Los abogados son los que tienen que resolver todo. Sus abogados deberían conseguir órdenes judiciales que prevengan temporalmente la violencia doméstica. En sitios como California, esto puede abarcar el acoso emocional, no necesariamente la violencia física”, señaló.

No es tan sencillo obtener esa protección porque algunos jueces se muestran renuentes a meterse con la libertad de expresión, según Alexandra Leichter, cotizada abogada de Los Ángeles. Afirmó que, sin duda alguna, la tecnología digital “se presta para nuevas formas de control coercitivo”.

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