Redacción Gestión

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Manuel Antonio Biondi Cosío, tiene 70 años, es ingeniero Agrónomo de la Universidad Nacional Agraria de La Molina (UNALM), y ha llegado a formar su propia empresa, siendo gerente general de Biondi y Cía. de Tacna.

Biondi y Cía. es una de las empresas más importantes de la región Tacna, que se caracteriza por ofrecer productos con altos estándares de calidad y que se exportan a más de ocho países en tres continentes.

Biondi forma parte de la siguiente generación forjadora del famoso Pisco Biondi. Gracias al impulso que le dieron él y su hermano César, a la empresa familiar Antonio Biondi e Hijos S.A.C., constituida con su padre y su hermano Oscar, posee la planta más moderna en la elaboración de pisco en Moquegua.

Esta trayectoria le sirvió a Biondi para recibir el Premio Reconocimiento al Adulto Mayor destacado en el campo Empresarial, que otorga Prima AFP, y que lo considera como "la oportunidad de mostrar el resultado del trabajo de toda una vida de dedicación al desarrollo agroindustrial, paralelo con el crecimiento agrícola del desierto de La Yarada en Tacna".

En diálogo con Gestion.pe, el empresario resume que su trayectoria se resume en una lucha contra los fenómenos naturales propios de hacer agricultura en el desierto con escasez de recurso hídrico, deficiente equilibrio biológico frente a plagas y enfermedades de las plantas.

"Hemos pasado por desastres naturales como el terremotos del 2001 y los fenómenos de El Niño de las temporadas 1982-1983 y 1997-1998", detalló.

Consultado sobre si es difícil ser un empresario y alcanzar el éxito en el Perú, respondió con un categórico "no".

"Lo fue cuando el Estado pretendía intervenir en regular la actividad empresarial con cosas como control de cambios, disponibilidad de divisas, permisos y control de las exportaciones, etc", agregó.

Sin embargo, reconoció que todavía hay una serie de trabas burocráticas que dificultan las exportaciones como el accionar de Aduanas, pero que son "factibles de mejorar".

En ese sentido, mencionó que para replicar casos como el suyo se necesita fortalecer la conciencia cívica del peruano, acorde con la confianza que deben otorgar los políticos con su actividad pública.

"Debemos tener la seguridad que nuestros impuestos sirvan para el bienestar de todos", subrayó.

Indicó que a sus 70 años, en lo que piensa es en trasmitir su experiencia a la generación siguiente y seguir apoyando el crecimiento y desarrollo del campo. "El agricultor muere en su tierra", enfatizó.

A poco de un nuevo cambio de gobierno en el Perú, manifestó que cada cambio es siempre la esperanza de un futuro mejor, aunque el que termina haya sido bueno.

"Hay que prepararse cada día más, la población sigue creciendo y requiere cada vez de más y mejores alimentos, los peruanos no estamos solos en el mercado, cada día aparecen nuevos competidores que nos obliga a producir mejor y ser más competitivos", comentó.

Finalmente, envió un mensaje al presidente electo Pedro Pablo Kuczynski y su equipo, el cual consiste en fomentar la disciplina fiscal en Perú, acompañado de un crecimiento que permita seguir reduciendo la pobreza y el fortalecimiento del aparato estatal, que sirva para destrabar proyectos de inversión.

"Hay que terminar con la informalidad, y tener un compromiso en la lucha contra el deterioro del medio ambiente en todos los sectores económicos", dijo.