Redacción Gestión

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¿Una pieza de arte es capaz de generar mucho más que el mero placer de contemplarla?

Las recientes ferias que invadieron Lima buscaron precisamente dinamizar toda una industria cultural y potenciar un que conecte a coleccionistas con autores de obras.

Un indicador que mostraría la confianza del galerista extranjero de cerrar una venta a nivel local nos lo da Art Lima: para la última edición las solicitudes de inscripción crecieron un 38%. Asimismo, a nivel regional, las ventas mediante subastas en arte moderno y contemporáneo se alzaron en un 11% en el 2015 respecto al año anterior, según Art & Finance Report.

Frente a ese panorama que, a simple vista, nos muestra un mercado local de arte en ebullición, surgen varias interrogantes. Quienes hoy invierten en una pieza, ¿tienen una rentabilidad garantizada?, o por el contrario, ¿es posible que el valor de la obra descienda en caso el inversor desee revenderla pocos años después de haberla adquirido?

Variables bajo la lupaSi bien destaca que el arte es una buena inversión, para la directora de , Marissi Campos, la revalorización de una pieza solo ocurre en ocasiones. "Eso depende del artista, de su trayectoria, de que sea una obra bien seleccionada, interesante e incluso rara, única".

Coincide con ella María Eugenia Garrido, consultora de arte, en el sentido de que las piezas pueden aumentar su valor a medida que su autor se mantenga en el mercado mediante ferias, exposiciones en museos, , etc.

"Solo las obras de algunos fallecidos aumentan su valor, porque no habrá más producción; pero depende también de qué tan buscado sea su estilo", subraya.

Ese es el caso de Tilsa Tsuchiya, la recordada grabadora y pintora peruana, cuyas obras pueden valer hasta US$ 200,000; mientras que sus mitos (periodo en que presenta a sus seres míticos como si fuesen viajeros) pueden alcanzar hasta US$ 1 millón, según estima Armando Andrade, presidente del Comité de Subastas del MALI. "Eso ocurre porque son cuadros que han alcanzado un estatus distinto, siendo los más buscados del en el Perú".

ProyeccionesSobre los artistas actuales, Campos cuenta que, solo en caso de que estos estén bien guiados, el valor de sus obras crece entre 5% y 10% anual. "Pero no más, el artista no puede subir tanto sus precios porque pronto llegará a un techo, se quedará ahí y no avanzará, no vale la pena que su incremento anual sea tan alto", argumenta.

El dibujante y pintor Fernando Bryce es un caso excepcional, pues en una década duplicó el valor de sus obras, quizá lo triplicó, calcula Andrade. Pues las revalorizaciones ocurren más con los artistas consagrados. Es por eso que muchos coleccionistas prefieren ir por lo seguro e invertir en piezas que saben no se devaluarán, como las de Ramiro Llona o . Un grabado de este último hace cuatro años costaba US$ 500, hoy bordea los US$ 1,500.

Valores en picada: piezas que sí se devalúanAsí como existen artistas cuyas obras incrementan su valor en el tiempo, hay otros cuyas piezas se devalúan. Casos que ocurren sobre todo cuando los creadores no cambian de discurso, continúan con lo mismo, no evolucionan a nivel creativo o su trabajo no está bien cuidado.

Armando Andrade, de su lado, pone foco en las corrientes. "Hace 30 años, el indigenismo costaba más que ahora, porque había más muestras, sus exponentes estaban más presentes; asimismo, hace 50 había más interés por el arte virreinal, pero los jóvenes no han establecido empatía con ese mundo". Así, según concuerda con Campos, el coleccionismo de piezas de es fuerte.

EL DATOPerfiles. Mientras algunos coleccionistas demandan piezas cuyos autores son de amplia trayectoria (ya que sus obras no se devaluarán); otros son más atrevidos y apuestan por artistas jóvenes con propuestas diferentes.