Cuando la carretera interestatal 71 llegó a Columbus en la década de 1960, el barrio de South Linden quedó en gran parte aislado del resto de la ciudad, atrapado entre las vías ferroviarias hacia el sur y el este y la nueva autovía de cemento hacia el oeste.
Más de medio siglo después, la tecnología autónoma está ayudando a reconectar a South Linden con el resto de la capital de Ohio. Un transbordador eléctrico, financiado principalmente por el Gobierno federal, dará a los residentes acceso a servicios que habían desaparecido lentamente de esa zona.
El proyecto, llamado Linden LEAP, también proporcionará datos muy necesarios para otras ciudades que contemplan alternativas de transporte similares.
El miércoles, South Linden se convierte en el hogar de lo que se ha denominado el primer transbordador autónomo residencial público diario de Estados Unidos.
Siete días a la semana durante los próximos 12 meses, los residentes podrán viajar gratis en vehículos altos y coloridos que se asemejan a cruce entre un minibús y una furgoneta. Viajarán por una ruta de casi 5 kilómetros.
El transbordador es uno de varios experimentos que surgen del Smart Cities Challenge, un programa de la administración de Obama destinado a alentar a las ciudades de medio tamaño a desarrollar modos de transporte avanzados utilizando (entre otras nuevas tecnologías) vehículos eléctricos y autónomos.
Columbus se impuso a otras seis finalistas: Austin; Denver; Kansas City, Missouri; Pittsburgh; Portland, Oregón; y San Francisco, de las 78 que participaron.
“Smart Columbus” nació de una subvención federal de US$ 40 millones, otros US$ 10 millones de Vulcan Inc., del difunto Paul Allen, más contribuciones y servicios de empleadores regionales como Ohio State University y Honda Motor Co.
El alcance del programa es audaz para una ciudad estadounidense de tamaño medio. Financia proyectos que van desde pruebas de conducción de vehículos eléctricos hasta automóviles conectados digitalmente.
También está construyendo quioscos con sistemas de pago que permiten a los usuarios planificar viajes que combinan múltiples tipos de transporte, incluidos scooters eléctricos, bicicletas, Uber, Lyft y el sistema de autobuses de la ciudad, la Autoridad de Tránsito de Central Ohio (COTA).
“Columbus fue elegido para modelar cómo funcionan las nuevas tecnologías en una ciudad real, con personas reales, resolviendo problemas reales”, dice Smart Columbus en su sitio web. “Realizar pruebas será nuestra nueva forma de hacer frente a las dificultades”.
Pero detrás de los artilugios y la magia técnica se esconden problemas de la vida real. Columbus está creciendo a un ritmo acelerado, superando a San Francisco en el 2018 con una población de 892,533 personas. Se espera que el área metropolitana, que se estima en unos 2.4 millones de habitantes, alcance los 3 millones para el 2050, según la Comisión de Planificación Regional de Mid-Ohio.
Aumentar las opciones de transporte es sin duda una meta, pero el objetivo inicial de Smart Columbus era asegurarse de que poblaciones como South Linden no se queden atrás.
En la propuesta de subvención, la ciudad destacó su objetivo de reducir la tasa de mortalidad infantil por encima de la media de South Linden. Al mejorar el acceso de las mujeres embarazadas a la clínica de St. Stephen, la ciudad esperaba demostrar que podía reducir esa tasa.
El servicio de transporte tendrá una duración de 12 meses y tiene un coste de US$ 1.13 millones. Aunque el programa (como otros de Smart Columbus) pretende ser un campo de pruebas, Jeff Kupko, ingeniero y director de proyectos de Smart Columbus, dijo que algunos proyectos eventualmente serán asumidos por COTA y se harán permanentes.
Pero el punto principal de Smart Columbus, dijo, es compartir los resultados con otras ciudades para que puedan aprender de la experiencia de Columbus.