Redacción Gestión

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Un primer ministro obligado a tener relaciones sexuales con un cerdo por terroristas virtuales, una mujer que acepta crear un clon virtual de su novio muerto.

Estos son algunos escenarios que muestra la serie inglesa "The black mirror", una donde la es llevada al paroxismo.

Como el director de esta producción, Charlie Brooker, existe una corriente que cree que el protagonismo absoluto de la conectividad en la vida humana tiene su lado oscuro y negativo.

Y a esa certeza le ha seguido la acción a través de manifiestos públicos que promueven la "digital detox" o desintoxicación digital.

PruebasSegún la organización Digitaldetox.org, el 61% de los internautas globales confiesa tener algún nivel de adicción a la . Asimismo, el estadounidense promedio admite pasar por lo menos el 30% de su tiempo en Internet revisando actualizaciones en sus redes sociales, aun cuando no lo impliquen y sean simples avisos.

Pero la obsesión por la vida digital traspasa la frontera cuando afecta a la funcionalidad en la vida real: el 50% de estadounidenses encuestados por digitaldetox.org prefiere relacionarse a través del mundo digital, que en persona.

Cuando la interacción física se vuelve motivo de fastidio e incluso de ataques de pánico, los expertos dicen que es tiempo de la voz de alerta.

SíntomasLa adicción a la tecnología es estudiada e interpretada desde hace mucho tiempo, y aunque no está considerada como una enfermedad, los síntomas de las personas que utilizan en demasía sus artefactos tecnológicos son muy similares a aquellos que dependen de algún tipo de droga, según lo consideran analistas como Marc Masio, psicólogo y creador del Programa Desconect@, citado por el portal donweb.com.

Masio, como otros tantos colegas, buscan la forma de desenchufar a las personas de sus smartphones y volver a conectarlos con la vida real. Esta suerte de desintoxicación se denomina "digital detox" y es una tendencia cada vez más creciente en el mundo entero.

Desde técnicas de meditación, retiros espirituales, internaciones en hospitales y análisis grupales o individuales, intentan apaciguar la voracidad con que la tecnología y la era de la conectividad recaen sobre la sociedad actual.

CuraEl Wall Street Journal publicó un reportaje en el que se exploraba hasta seis servicios especializados en desintoxicar adictos.

Desde encerronas de una semana haciendo yoga –previa entrega de smartphones y tabletas–, hasta pasar cinco meses en clínicas para los casos de mayor resistencia, ser natural se ha vuelto tendencia. "A veces, coger lápiz y pape es la solución", dicen este tipo de servicios.