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La japonesa Preferred Networks Inc. tiene solo un producto disponible al público: una aplicación divertida que usa para automatizar los colores de las historietas conocidas como manga.

Pero la empresa de cuatro años de antigüedad se transformó en la más valiosa de Japón, con un financiamiento de capital riesgo que la valuó en más de US$ 2,000 millones, según personas al tanto del tema.

, su principal respaldo, apostó más de US$ 110 millones a que sus algoritmos la ayudarán a competir con Google en materia de autos sin conductor.

En febrero, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, posó para fotos con los dos jóvenes fundadores de la empresa en su oficina, donde se les entregó un premio a los nuevos emprendimientos prometedores.

Lo que distingue a Preferred Networks de los cientos de otras startups de IA son sus lazos con la potencia manufacturera japonesa. Los algoritmos con aprendizaje profundo dependen de datos y la empresa está obteniendo algunos de los más raros.

Sus acuerdos con Toyota y con Fanuc Corp., el mayor fabricante mundial de robots industriales, le otorgan acceso a las mejores fábricas del mundo. Google usó su buscador para transformarse en superpotencia de la IA y Facebook Inc. aprovechó su red social, pero Preferred Networks tiene la oportunidad de analizar y quizás mejorar cómo se fabrica prácticamente todo.

“El aprendizaje profundo tiene mucho potencial para la fabricación”, dijo Yutaka Matsuo, científico especializado en informática la Universidad de Tokio y presidente de la Japan Deep Learning Association.

Demostraciones
En la edición 2016 de la Consumer Electronics Show de Las Vegas, una simple demostración con autos de juguete mostró parte de lo que es capaz su tecnología. En la demostración, se soltó media docena de Toyota Prius en miniatura en una pista con obstáculos.

Al principio, los autos apenas si podían moverse sin chocar. Pero tras dos horas de ensayo y error, se desplazaban como si llevaran dentro conductores profesionales.

Unos meses más tarde, en una exposición en Japón, otra demostración mostró cómo algún día la tecnología podría usarse para transformar los robots industriales en algo más parecido a artesanos habilidosos.

Programar un robot de Fanuc que recoge cubos de basura para que tome objetos de una masa desordenada podría llevarle varios días a un ingeniero humano. Los fundadores de Preferred Networks, Daisuke Okanohara y Toru Nishiwaka, demostraron que las máquinas pueden enseñárselo unas a otras en apenas un día.

Trabajando juntas, un equipo de ocho pudo dominar la tarea en una hora. Si miles —o millones— se conectasen entre sí, el aprendizaje se aceleraría de forma exponencia.

“Capacitar a un maquinista calificado toma 10 años, y ese conocimiento no se le puede descargar a otra persona”, dijo el presidente de Fanuc, Yoshiharu Inaba.

“Pero una vez que se tiene un robot experto se lo puede multiplicar infinitamente”.Podrá parecer impresionante, pero Okanohara y Nishikawa insinuaron ambiciones que los llevarían más allá de ser subcontratistas de IA para las mejores empresas de Japón.

Este año planean presentar su primer producto autónomo desde que lanzaron PaintsChainer, su herramienta de animación. Los detalles son un secreto, por supuesto.

“En este negocio”, dijo Okanohara, “si no se hace algo que a algunos les parezca una locura, nunca se hará nada interesante”.