¿Y qué le dirías a alguien que siente que ha cumplido un ciclo? Sólo hay una vida. Sí, le diría eso. Sólo hay una vida
Solemos dejar cosas importantes pensando en que las haremos después. Pero ¿Cuándo llega el “después”? Mi emprendimiento cuando acabe mis estudios. Mis hijos cuando termine mi trabajo. Mis hobbies después de mis obligaciones. Dejamos muchas cosas que nos importan y nos hacen feliz para después, como si después de esta vida tuviéramos otra.
¿Por qué, si sólo hay una vida, nos cuesta tanto cerrar un ciclo para abrir otro? Por dos razones.
A la primera le llamo el dilema del “tener” frente al “ser”. Desde niños hemos crecido mirando en otros que el éxito se mide por el “tener” en lugar de medirlo por el “ser”, y eso nos mete en una carrera enfocada en los logros materiales por encima de las satisfacciones emocionales. Y medir por el “tener” frente al “ser” hace que la meta resulte infinita, dado que siempre se puede aspirar a tener más. Eso nos hace creer que los ciclos nunca acaban.
A la segunda le llamo miedo a lo desconocido. Cerrar un ciclo significa dejar lo conocido para ingresar a lo desconocido. Y lo desconocido nos asusta. Sin embargo, la humanidad ha progresado siempre buscando en lo desconocido.
¿Cómo vencemos la aversión a cerrar un ciclo? Viviendo enfocados. Es importante vivir con un propósito para enfocarte en quién quieres ser y en lo que debes hacer. Ser consciente y cuidar que todo lo que hagas tenga siempre un impacto positivo en la sociedad que te acoge. Además, asegurarte que el buen ser acompañe al buen hacer y nunca apartarte de tus valores.
Hay quienes viven para alcanzar la felicidad en lugar de ser felices mientras viven. Soy de los segundos. Nada me importa más que mi propia felicidad. Hay que vivir con felicidad todos los días. La felicidad no es algo que se alcanza. Es algo que se tiene y no se suelta.
Desde el 1 de julio dejaré Scotiabank y CrediScotia. Luego de casi 5 años cerraré ese ciclo que me ha llenado todos los días de mucha felicidad. Una organización de primer nivel y un equipo alucinante que me han cargado de sonrisas y alegrías. He guardado todas en mi mochila e irán conmigo a donde vaya. Cierro este ciclo con el mismo entusiasmo con el que llegué a él y con la gratitud a todos quien hicieron que sea inmensamente feliz.
Cuando sientes que has cumplido un ciclo corresponde cerrarlo para poder abrir otras puertas, tal vez desconocidas, pero llenas de aventuras y nuevas alegrías. Mantente enfocado en tu propósito y nunca olvides que no hay un después sino un ahora.
Sólo hay una vida.