En la última semana de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, autorizó que los gobiernos locales y empresas privadas puedan comprar vacunas contra la COVID-19, lo cual era íntegramente tarea del Gobierno federal. Semanas después, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó un proyecto de ley que autoriza a los estados y municipios brasileños y sector privado, adquieren sus propias dosis.
A estos países se sumó Colombia. Hace pocos días, el Gobierno anunció que permitirá a las compañías privadas adquirir vacunas contra el coronavirus COVID-19 para que puedan aplicarlas a sus trabajadores. En Perú, la situación es distinta, porque el Ejecutivo decidió negociar e importar las dosis sin contar con la participación de las empresas.
Para Antonio Pratto, miembro del Comando Vacuna, las empresas privadas peruanas deberían ser autorizadas para negociar e importar vacunas. No obstante, advierte que hacerlo hoy es sumamente difícil porque los laboratorios vienen negociando únicamente con países. Sumado a ello, ninguna compañía en todo el mundo ha logrado conseguir dosis.
“En Perú deberían autorizar a los privados negociar con los laboratorios. Si ellos pueden conseguir vacunas, que las compren e importen. Sin embargo, considero que nadie lo podrá hacer. En Colombia, Brasil y México las empresas pueden hacerlo, pero hasta el momento no han conseguido una porque sencillamente no hay (dosis). Es más, ni siquiera están haciendo la cola porque no existe oferta”, dijo Pratto a Gestión.pe.
De acuerdo con el marco legal vigente, el importador debe ser una droguería, contar con un registro sanitario, garantizar la calidad de la vacuna, así como la cadena de frío que sale desde el almacén hasta el brazo del ciudadano. Además, de tener un responsable en caso exista algún efecto adverso.
Según el último reporte de Global Health Innovation Center, hasta el momento existen 14.9 billones de dosis comprometidas, de las cuales 8.3 billones han sido pagadas. Sin embargo, la producción todavía está en deuda, por ello, los países reciben poco a poco los lotes que han adquirido. Canadá, por ejemplo, ha comprado 9 veces por habitantes y en Europa han cerrado fronteras para la exportación de vacunas, lo cual limita el acceso.
“Conceptualmente se debería autorizar a los privados a importar. Que contacten a los laboratorios, negocien, lleguen a acuerdos y si lo logran, adquieran vacunas. No hay ningún problema. Eso no afectará negociaciones con el Estado”, aseguró. Sin embargo, hizo hincapié en que hoy es muy difícil hacerlo.
“Por qué no le preguntan a esa empresa peruana que aseguró traer vacunas en solo diez días. Han pasado varias semanas y no hay noticias. Eso pasa porque no hay dosis disponibles”, afirmó.
Pratto se mostró de acuerdo en que se autorice a los privados importar, negociar vacunas, siempre y cuando cumplan los requisitos según la ley, como cualquier droguería. Aunque, considera que ello es difícil porque existe sobredemanda.
“Estoy de acuerdo en que los privados peruanos negocien y si es posible, importen. Pero, no es para ganarle a Chile o Colombia, porque dudo que les vayan a vender. En Estados Unidos no hay una sola empresa privada que ha comprado. En el mundo, no hay una sola compañía que haya adquirido dosis de algún laboratorio en el mundo”, manifestó.
Finalmente, sostuvo que en Perú se necesitarán unas 70 millones de dosis para combatir al COVID-19.