Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

La ley de reestructuración de los clubes busca dar un marco legal adecuado que permita atraer capitales para el . Francisco Barrón, abogado Asociado del , señaló que la ley beneficiará al fútbol en su conjunto y que esto no va a privar a los socios de sus beneficios.

"En el se ha puesto un numeral que establece que el plan de reestructuración, al momento de aportar el bloque patrimonial, tiene que contener una estipulación específica respecto a los derechos y beneficios que van a recibir los asociados del club originario", indicó.

El experto en temas concursales también dijo que, si bien el sistema planteado es complicado, hay que apostar por una mejora del y a los socios que no van a perder derechos legales; la medida es inteligente y la mayor inversión va a elevar el nivel futbolístico.

¿Cómo funciona la ley?La surgió a raíz de la insostenibilidad de los clubes por sus niveles de deuda. Por ello, ahora están en un proceso concursal y debería terminar en que haya una junta de acreedores que apruebe un plan de reestructuración, que será elaborado por el administrador temporal.

"La junta de acreedores puede optar si entra al marco general de la ley a un proceso concursal ordinario, donde se aprueba un plan de reestructuración y el club va pagando su deuda con los flujos que genera", apuntó.

Barrón detalló que si la junta decide ir por esta vía, donde el club se quedaría como sociedad deportiva, con un patrimonio concursado y un plan de reorganización aprobado. Si en algún momento no cumple con sus pagos puede ir al régimen especial.

"En el caso en que opten por el régimen especial, la administración temporal debe presentar un proyecto de reestructuración, que debe contener las deudas, activos, derechos y contratos firmados, además de los beneficios que dará a los asociados del club. El proyecto – que también debe tener la capitalización de las acreencias- se comunica a y hace las bases de la subasta", observó.

Básicamente, lo que se subasta es el crédito del Estado, es decir, crédito tributario; lo cual ha sido el gran problema de los clubes. Todo el patrimonio subastado se aporta a una "sociedad receptora" y el club recibe acciones a cambio. Cuando haya un ganador de la subasta, él será quien vaya a capitalizar.

La nueva sociedad receptora es quien va a operar el club. Sólo le quedarían dos deudas: Con los trabajadores y los créditos que correspondan al liquidador. Estos dos se reprograman.

En caso no haya ganador en la subasta o el ganador incumpla con los pagos la sociedad receptora va a concesionar el manejo del club.