(Bloomberg) La secretaria de interior del Reino Unido Amber Rudd defendió una serie de propuestas de políticas cuyo fin es reducir el número de trabajadores extranjeros en empresas británicas, después de haber sido acusada de incitar el racismo y actitudes anti-inmigrantes.

Según los planes anunciados en la conferencia del Partido Conservador, las empresas tendrían que revelar los empleados que no tienen ciudadanía británica que trabajan para ellas. Los bancos y los arrendadores también afrontarían sanciones si no revisan la situación de los extranjeros con los que hacen negocios.

"No debemos ignorar el hecho de que las personas sí quieren hablar de inmigración; no digan que soy racista por querer hablar de inmigración", dijo el miércoles Rudd a BBC Radio 4. "Debemos estar en capacidad de tener una conversación sobre la inmigración, sobre qué habilidades queremos tener en el Reino Unido y dónde debemos conseguirlas, para ayudar así a los negocios e impulsar nuestra economía".

Legisladores pertenecientes al Partido Laborista de la oposición se unieron a los líderes empresariales para criticar a Rudd por sus planes, los cuales ella dijo que eran parte de una revisión dirigida a ayudar a las empresas a capacitar al personal local para así reducir la dependencia de los trabajadores extranjeros. El secretario de Salud Jeremy Hunt utilizó su discurso en la conferencia para anunciar sus planes para lograr que el Servicio Nacional de Salud sea "autosuficiente" dentro de un plazo de una década, y así éste no dependa más de doctores extranjeros.

'Partido desagradable'

"Lo siento, pero no, no vamos a tolerar esto", publicó en Twitter el legislador del partido Laborista Andy Burnham, refiriéndose a una foto con el titular 'Las empresas deben revelar a sus trabajadores extranjeros' en la primera plana del periódico Times del miércoles. "Ésta ha sido una conferencia Tory desagradable y xenofóbica. Theresa May ha liderado el regreso del partido desagradable", agregó en un tuit adicional.

Rudd reafirmó el martes el compromiso del gobierno para reducir la migración neta a "decenas de miles", conforme el Reino Unido se dirige hacia un futuro fuera del Unión Europea. Dicha migración tuvo un nivel casi récord de 327.000 en el primer trimestre del año.

"Muchos negocios se entristecerían si pensaran que tener una fuerza laboral global fuera una marca de vergüenza", dijo a la BBC Adam Marshall, director general interino de las Cámaras de Comercio Británicas. "no considero que estos negocios deban ser penalizados por hacerlo cuando requieran alguna habilidad en específico".

Rudd dijo que la revelación de los trabajadores es una propuesta, que sería parte de una revisión más amplia a las regulaciones de inmigración.

Amenaza de prisión

"No es algo que vayamos a hacer definitivamente; es una de las cosas que vamos a utilizar en la revisión", dijo. "Lo que le estamos diciendo a los negocios es 'colaboren con nosotros para obtener lo que necesitamos, que es una fuerza laboral más capacitada'".

Los arrendatarios que conscientemente alquilen propiedades a inmigrantes ilegales podrían enfrentar penas de cárcel, dijo Rudd el martes a activistas del partido Tory en Birmingham, en la región central de Inglaterra. Los bancos también deberán revisar que sus clientes tengan permiso para estar en el país. Ella expresó que está reforzando las condiciones que deberán cumplir las empresas para obtener visas para trabajadores extranjeros.

Los planes fueron criticados por el Instituto de Directores, un grupo de interés empresarial, que expresó que el objetivo es "arbitrario" y no guarda relación alguna con las habilidades requeridas por los negocios británicos.

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