Corte Superior de Lima informó sobre la muerte de uno de sus trabajadores por el COVID-19. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / GEC)
Corte Superior de Lima informó sobre la muerte de uno de sus trabajadores por el COVID-19. (Foto: Anthony Niño de Guzmán / GEC)

La Corte Superior de Justicia de Lima (CSJL) confirmó el fallecimiento de un trabajador a consecuencia de la pandemia del coronavirus (Covid-19) en nuestro país.

A través de una carta del presidente de dicha instancia judicial, Miguel Ángel Rivera Gamboa, se precisó que el fallecido es Manuel Meiggs Rojas, quien laboraba como administrador del sótano de la sede Alzamora Valdez.

En la misiva, precisa que el occiso trabajó en dicha sede hasta el pasado 13 de marzo, “es decir, no ha estado ni un solo momento en ninguna sede judicial durante la cuarentena”.

“El día 27 de marzo la Oficina de Bienestar tomó conocimiento que se encontraba internado en una clínica local, y desde ese momento se estuvo en diaria comunicación con los familiares cercanos (hermana e hija), brindándoles orientación y apoyo. Al tomar conocimiento de su fallecimiento, igualmente se tuvo comunicación con la familia que reclamó reserva y trato apropiado de la información de su deceso”, indicó.

La Corte Superior de Justicia de Lima también aclaró que ningún otro trabajador de las diversas áreas ubicadas en el sótano de la sede Alzamora Valdez ha reportado síntoma compatible con el Covid-19.

“El rastreo epidemiológico efectuado, así como el tiempo transcurrido y la desinfección química efectuada, permite afirmar que no existe en dichos ambientes ningún foco infeccioso”, refirió la CSJL.

Esa instancia informó que se han adoptado las medidas necesarias para la adquisición de elementos de seguridad personal recomendados por las directivas de la autoridad de salud. También se ha contratado a un profesional que brinda asesoramiento en la elaboración de los procedimientos y protocolos de bioseguridad que se implementarán una vez que se autorice el ingreso del personal y público a sus sedes.

“Lo único cierto parece ser el cambio inevitable ya producido: nada volverá a ser como antes, y se hablará de un antes y un después del COVID-19. Pero que la prudencia no se convierta en miedo que paralice, que la alarma no se fecunda en antagonismos estériles. Hoy más que nunca, el individualismo no tiene cabida, y la solidaridad, pero también la disciplina social basada en la responsabilidad, se imponen como condición fundamental para la propia sobrevivencia de la especia humana”, enfatizó.