Santiago (AP).- se despertó hoy recordando el 11 de septiembre de 1973, fecha en que el militar Augusto Pinochet dio un golpe de Estado contra el presidente electo Salvador Allende, instaurando un gobierno de facto durante casi 17 años.

Con una homilía en el palacio de gobierno, donde hace 40 años Salvador Allende se suicidó para evitar caer en manos de los golpistas, se iniciaron hoy los actos para recordar la sublevación militar que en 1973 dio paso a una dictadura que asesinó, desapareció y torturó a miles de izquierdistas.

A la ceremonia ecuménica asistieron autoridades de gobierno y representantes de las fuerzas armadas. Decenas de personas acudieron a dejar flores a los pies de la estatua de Allende, que se levanta en la esquina suroriente de la plaza de la Constitución, a metros del palacio, justo frente al lugar donde cuatro décadas atrás se ubicaban las oficinas de la presidencia.

"Llegó la hora de la reconciliación entre todos los chilenos", dijo el actual presidente de Chile, , una vez concluida la homilía. "No tenemos derecho como generación a traspasar a nuestros hijos y nietos los mismos odios y las mismas querellas que dividieron y tanto dolor causaron. Sin verdad y sin justicia toda reconciliación se reconstruye no sobre roca sino sobre arena".

Posteriormente empezaron a llegar delegaciones de trabajadores para recordar a Allende, "un hombre consecuente, a un hombre que dio la vida por la democracia y por los trabajadores", dijo Raúl de la Puente, presidente de los empleados fiscales.

La fecha encuentra una vez más al país dividido entre los que aún justifican el cruento golpe liderado por el general Augusto Pinochet y quienes opinan que el quiebre de la democracia era evitable. Esto último lo cree la candidata presidencial izquierdista, , quien según coinciden las encuestas tiene las mayores posibilidades de imponerse en los comicios presidenciales del 17 de noviembre, frente a su única contendora de derecha, .

Lo que dejó la dictauraLa oposición de centroizquierda sostiene que la falta de verdad y justicia sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por uniformados son una de las vallas que impiden un acercamiento entre los chilenos.

La dictadura de 16 años y medio dejó un saldo oficial de 40,018 víctimas, unas 3,095 asesinadas por agentes represivos. De los muertos, aún están desaparecidos un millar que fueron lanzados a fosas clandestinas, dinamitados o arrojados al mar.

En tanto, manifestantes se enfrentaron con la policía lanzando piedras y bombas incendiarias y prendiendo fuego a barricadas durante la madrugada. La policía detuvo a 13 personas e informó que un oficial resultó herido en los enfrentamientos.

Augusto Pinochet murió estando bajo arresto domiciliario, sin siquiera haber sido enjuiciado por enriquecimiento ilícito y violaciones a los derechos humanos.