Adelanto de horario de verano. (Foto: USI)
Adelanto de horario de verano. (Foto: USI)

Pesé a que Río de Janeiro, Belo Horizonte y Bogotá son las ciudades suramericanas en las que, en promedio, las personas se demoran más transportándose de un lugar a otro,  Lima mantiene una diferencia de 10 minutos con el primer lugar. La capital peruana logra un promedio de 44 minutos desde un punto de partida de la ciudad al trabajo.  

Estos centros urbanos están organizados en el índice de tráfico por tiempo para ciudades de América del Sur, el cual es construido por Numbeo, la base de datos que contiene información sobre ciudades y países.

Este índice es un promedio del tiempo necesario, en minutos, para transportarse en un trayecto del lugar de residencia al de trabajo o al de estudio. Los datos son aportados por los usuarios de Numbeo, quienes, por medio de una encuesta, ingresan a la base cuánto tiempo les toma movilizarse en sus respectivas ciudades y en cuáles transportes.

Las distancias varían en los perfiles de cada ciudad, ya que la base de datos las promedia según la cantidad de kilómetros en la que es más probable que los ciudadanos hagan uso de cierto medio de transporte.

Igualmente, estos medios varían en los perfiles de cada ciudad, pues no todas tienen las mismas opciones. Según el índice actualizado hasta enero de este año, en  Lima a una persona le toma en promedio 44 minutos transportarse de su casa al trabajo o al colegio.

Para una distancia de 14.13 kilómetros, que es el promedio de la ciudad para que las personas se movilicen en bus, este trayecto al usar este medio de transporte es en promedio 31.5 minutos.

Para una distancia de 15.4 kilómetros, que es el promedio para las personas que utilicen el carro, se emplean 37.44 minutos en este medio de transporte.

Para José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, este tiempo tan largo en los desplazamientos afecta la productividad laboral y la calidad de vida.

“Si en cada trayecto nos demoramos una hora, a la semana pasamos por lo menos un día laboral dentro del sistema de transporte. Esto nos agota y nos quita tiempo de recreación”, señaló.