Marco Mühletaler aún era un adolescente cuando le surgió el deseo de trabajar algún día en el Centro Cultural de la PUCP. Fue luego de ser allí espectador, entre 12 y 15 veces, de la obra “Donde mis ojos te vean”. Diecisiete años después se convirtió en director.

Estrategia
Hoy la meta que se ha trazado con su equipo es acercar la institución cada vez más al público y romper esa “barrera psicológica” que existe en mucha gente de que la cultura puede ser aburrida y densa. “Lo que queremos que quede de esta gestión es que este es un espacio abierto. Lo que programamos lo hacemos pensando en el público”, señala.
Uno de los caminos que emplearán para llevar adelante dicha meta es el Festival de Cine de Lima, que será en agosto.

Será más sencillo de entender, pues se han percatado que al tener tantas secciones puede ser apabullador y dar la sensación de que es solo para especialistas.

“Vamos a tratar de despercudirnos de esta sensación de que la cultura es para algunos, la cultura es para todos. El corolario de esta gestión es que es un bien de primera necesidad”, sentencia.

Espacio de negocios
El objetivo no solo es incrementar el alcance del Festival de Cine de 100,000 personas a unas 120,000, sino además crear los espacios de networking mucho más especializados para documentalistas, productores, entre otros.

“Buscamos generar lentamente, y esto nos tomará tiempo, un espacio de mercado de industria, que hasta ahora el festival no ha tenido porque es muy costoso”.

De esta manera, surgirán redes de contactos que permitirán que las películas viajen y los productores trabajen en otras partes del mundo.
Al respecto, el también director de teatro, señala que el Festival de Cine de Lima sin haber tenido una sección de industria expresamente ya generó esa situación, pues en 20 años han pasado muchos cineastas y generado encuentros.

La película “Río Verde” es un ejemplo, pues fue vista allí por el programador de la Berlinale, que luego decidió llevarla para dicho evento.

Cuestión de edad
Marco Mühletaler refiere que el público que acude al centro cultural es muy variado, pues recuerda que al ser San Isidro un centro empresarial transita gente de distintos puntos de Lima. Esto se ve tanto en los cursos, como en las exposiciones, obras de teatro y funciones de cine.

Sin embargo, en el caso de las funciones de cine comenta que trabajan para volver a traer a un público joven, sin perder la claridad de que no compiten contra salas comerciales sino que complementan la cartelera.

Al respecto, indica que la edad de su público recurrente supera los 40 años, pero una situación distinta se dio a inicio de este año, pues cuando se realizó un ciclo del cine peruano con toda una selección de películas del año anterior, menores de 25 repletaron las salas. Similar situación se vivió con el ciclo de las películas ganadoras del Óscar. “Es gente muy joven que se acerca a un cine más íntimo”.

Recorrido
El acercamiento de Mühletaler al CCPUCP arrancó en el 2006 como asistente de dirección de obras de teatro y en el 2010 ingresó a trabajar de forma permanente para luego asumir la dirección adjunta con Alicia Morales.

“He tenido la suerte de trabajar con Edgard Saba y Alicia Morales, fundadores del centro y tengo muy en claro la tradición. Pienso que una institución como esta debe recoger tradición para luego proponer nuevas cosas”.