Los Añaños huyeron de Ayacucho en 1982 después de que su granja fuera atacada por Sendero Luminoso, que sembró el terror a través de las montañas andinas del Perú.
La familia más tarde instaló un negocio de refrescos que se convertiría en el Grupo Aje de Madrid, un gigante de bebidas presente en 23 países de América Latina, Asia y África. Pero Carlos Añaños, quien supervisó la expansión internacional de AJE, nunca olvidó sus orígenes.
Ahora lidera una iniciativa para atraer a turistas a Ayacucho, cuyos sitios arqueológicos y patrimonio inca y colonial lo convirtieron en un destino popular para visitantes estadounidenses y europeos hasta el violento levantamiento de Sendero Luminoso.
Añaños dejó la empresa durante dos años en el 2017 y fundó Patronato Pikimachay, cuyo objetivo es ayudar a reinsertar a Ayacucho en los circuitos turísticos locales e internacionales en momentos en que el Perú atrae a un creciente número de visitantes.
Se espera que el Perú, popular por su gastronomía y las ruinas de Machu Picchu, sea el mercado turístico de más rápido crecimiento en América Latina en la próxima década, según el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés).
El gobierno considera que la industria es vital para diversificar su economía dependiente de la minería y está invirtiendo en infraestructura para abrir atracciones menos conocidas, como el sitio arqueológico conocido como “la hermana de Machu Picchu”, Choquequirao.
Se espera que el turismo represente el 4.2% del PBI de Perú en el 2028, lo que se compara con el 3.8% del año pasado."Hay infinitas posibilidades para el desarrollo del turismo en Perú", señaló por teléfono desde Madrid Añaños, de 52 años. "Ayacucho también tiene un gran potencial, pero necesita ayuda".
La capital de Ayacucho alguna vez fue una parada obligada para muchos visitantes en su camino hacia Machu Picchu. Ubicada en un valle montañoso a 2,700 metros sobre el nivel del mar, la ciudad cuenta con arquitectura preincaica, española y republicana que incluye 33 iglesias y produce algunas de las mejores obras de arte y textiles del país.
Una batalla que dio al país la independencia de España en 1824 se libró cerca de la ciudad. Añaños bautizó su patronato en honor a la cueva local Pikimachay, donde arqueólogos descubrieron restos humanos que datan de 20.000 años.
Destruida, olvidada
Todo eso cambió con Sendero Luminoso, una organización terrorista fundada por el profesor universitario Abimael Guzmán, quien instigó un conflicto que se estima cobró 69,000 vidas, más de un tercio de ellas en la región de Ayacucho.
“Ayacucho fue destruida, marginada y olvidada”, señaló Añaños.
Aun cuando la violencia disminuyó hace casi dos décadas, la región sigue siendo ignorada por la gran mayoría de los turistas que viajan a Perú. Recibió solo 2,640 de los 2 millones de extranjeros que el año pasado visitaron museos y sitios arqueológicos en el país, según la agencia nacional de estadísticas.
Para mitigar cualquier persistente preocupación por la seguridad, el patronato inicialmente construyó una plataforma digital para ayudar a los ciudadanos a informar delitos. Su próximo objetivo es crear la que será la primera marca específica de una región del país, para promocionar Ayacucho.
Está siendo diseñada por una división de Omnicom Group Inc. y la consultora Studio A de Lima y será lanzada en enero en Ayacucho con la presencia del presidente Martín Vizcarra, señaló Añaños. Otro de los objetivos del patronato es que el centro histórico de la ciudad sea declarado patrimonio de la humanidad por las Naciones Unidas.
La iniciativa ayudará a relanzar Ayacucho como destino turístico para competir con las regiones más populares, sostuvo Carlos Canales, presidente de la Cámara de Turismo de Perú.
“Hoy en día, Ayacucho tiene un patrón que ha sembrado capital semilla con el objetivo de reinsertarla en el circuito turístico, como siempre lo fue”, dijo en una entrevista telefónica desde Lima Canales, quien es de Ayacucho y también es miembro de la junta del patronato.
Atraer inversiones a la industria turística y de viajes, además de modernizar los tradicionales sectores textil y de cerámica, aumentará los ingresos y creará empleos muy necesarios, señaló Añaños.
Pretende persuadir a las empresas locales de invertir en Ayacucho cuando presente Patronato Pikimachay a la Conferencia Anual de Ejecutivos de Perú (CADE) a finales de esta semana.
"Estoy tratando de hacer de este un modelo que sea sostenible en el largo plazo", dijo Añaños. “Si dinamizamos la industria y el comercio, podemos hacer mucho más que simplemente dejarlo a las donaciones del gobierno".