Francisco Escudero
Socio de Consultoría de EY Perú
Hoy en día el 73% de las empresas locales destina menos del 10% de su presupuesto anual para nuevos proyectos a la transformación digital, mientras que las empresas que se sitúan por encima del promedio nacional en madurez digital invierten recursos que superan ese porcentaje, de acuerdo con la tercera edición del estudio sobre la madurez digital de las empresas peruanas, realizada por EY Perú.
Entender qué es una transformación digital implica romper con ciertos paradigmas. Si bien hablamos de un cambio en la forma de operar de una compañía en términos de procesos, interacción con clientes o el apalancamiento en tecnologías emergentes, no podemos olvidar que la verdadera transformación nace a partir de un cambio completo del mindset.
El gran reto que representa para la transformación digital en el Perú es la consistencia en el patrocinio ejecutivo a largo plazo en tiempos inciertos, considerando que, para el 2021, más de la mitad de las empresas encuestadas habían incrementado su presupuesto frente al año anterior, aun a pesar de la crisis sanitaria.
La pandemia trajo consigo una nueva serie de retos a las empresas, cuya reacción se ve reflejada en que cerca del 56% de mismas, aceleró su plan de transformación digital; esto ha servido de catalizador en la mayoría de los ámbitos de la empresa.
Para sostener dichos procesos es necesario encontrar un equilibrio entre lo físico y lo digital, pues, si la interacción con clientes o proveedores es netamente virtual, pero los puntos físicos no están a la altura, el resultado podría ser la entrega de un servicio deficiente y por lo tanto comprometer la experiencia total de usuario.
65% de empresas peruanas planea implementar sistemas automatizados y de inteligencia artifical en los próximos 12 meses.
Por otro lado, las personas han venido migrando cada vez más sus hábitos de consumo y relacionamiento hacia el ámbito digital. Ello obedece no solo a las restricciones de movilidad impuesta por el confinamiento, sino también por un tema de evolución natural que nace a partir de un perfil de cliente más joven que privilegia ese tipo de interacción. Una simplificación en los procesos genera una mayor lealtad del cliente con las empresas que se ve reflejado en una mayor participación de mercado, a partir del desarrollo de ventajas competitivas.
La visión estratégica y la naturaleza de la compañía determinará siempre los retos a asumir y oportunidades a aprovechar, sin embargo, su accionar siempre deberá tener al cliente como foco. Y en ese contexto, la tecnología es meramente un habilitador. Las tendencias apuntan al uso de big data y al analytics como principal herramienta digitalizadora.
Asimismo, podemos ver un auge en las plataformas colaborativas a partir de las cuarentenas impuestas alrededor del mundo. Los e-commerce han consolidado su posición como principal ventana comercial, mientras que el CRM (customer relationship management) lo ha hecho como la ruta del relacionamiento entre consumidor y empresa. Todos estos anteriores, se potencian en gran medida con la automatización robótica y la inteligencia artificial.
82% de empresas peruanas planea utilizar tecnologías de big data y analytics a la brevedad.
Como dato alentador, un 65% de las empresas planea implementar sistemas automatizados y de inteligencia artificial en los próximos doce meses. En el caso de big data y analytics, el 82% de las empresas planea utilizar dichas tecnologías a la brevedad.
Asimismo, muchas empresas pequeñas han empezado a automatizar procesos a partir de recursos open source que no representan mayores gastos en término de desarrollo e implementación y que nos deja como mensaje que, la transformación digital es democrática, independientemente del tamaño de una empresa, todos la están abordando, no solo con el objetivo de sobrevivir en tiempos difíciles sino para darle continuidad al negocio dentro de un mercado que cada vez demanda mucho más desarrollo y en menor tiempo.