"Ya conocemos la historia de supuestos comuneros (con camionetas cuatro por cuatro) que cada cierto tiempo toman el corredor minero del sur para exigir más dinero”. (Ilustración: Lavida)
"Ya conocemos la historia de supuestos comuneros (con camionetas cuatro por cuatro) que cada cierto tiempo toman el corredor minero del sur para exigir más dinero”. (Ilustración: Lavida)

Somos un país que vive una constante tragedia. Tenemos un potencial envidiable, pero nos fascina ponernos cabe. Somos como siempre el mendigo sentado en un banco de oro de Antonio Raimondi, somos el hijo que heredó una fortuna pero que solo despilfarra el dinero o ni siquiera puede gastarlo, pero, sobre todo, somos un cúmulo de malas decisiones y mucha desconfianza.