Manuel Romero Caro
Economista
Faltando solo 12 días para las elecciones, todavía hay muchos que no se definen, que esperan que otros defiendan la democracia y sus negocios. La patria los necesita, es un momento clave en la vida de nuestro país, en el que nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y nietos. La elección es clara. Ya en un anterior artículo hemos explicado las diferencias entre ambos sistemas. No olvidemos el pasado, ya hemos tenido experiencias nefastas con medidas como las que plantea el dúo Cerrón/Castillo. Todavía aproximadamente el 17% del electorado está indeciso y hay registros tan sorprendentes como que el 10% del NSE A y el 9% del B votan viciado. El esfuerzo en la recta final tiene que ser titánico. Keiko Fujimori, luego del debate de Chota, empezó una importante remontada que se ha detenido, por lo que la campaña en los sectores más numerosos (el D y el E) y ciertas provincias rurales debe ser particularmente intenso.
Hay que presentar propuestas concretas e innovadoras, como lo fue en su momento la del reparto del 40% del canon en efectivo para las familias de las zonas de influencia. Atención primaria en postas médicas con “secigristas” y medicinas; tratamientos médicos itinerantes para las pequeñas poblaciones, centros médicos con un residente en cada capital de distrito o más si es muy poblada, etc.
No insistir con estrategias electorales que no funcionan, como la reconciliación de los hermanos Fujimori (70% opinó que era estrategia de campaña) o el “debate” de Santa Mónica (45% opinaba que Castillo estaba ocupado con su equipo y propuestas). A veces el equipo de Fuerza Popular oye, pero no escucha. Ya se les ha señalado que una de las recetas del éxito de Castillo en la primera vuelta fue que supo canalizar sus mensajes y publicidad en radios comunitarias (de provincias y conos) que llegan a un “mercado” al que no llegan los medios tradicionales. Emisoras como Radio Cutivalú de Piura, Radio Marañón de Jaén (Cajamarca), Radio Yaraví en Arequipa, Radio La Voz de la Selva en Iquitos, son un claro ejemplo de ello. ¿Los estrategas de KF han intentado alternativas como estas? Asimismo, hay que considerar que en el Perú tradicionalmente no se ha votado por ideologías sino por emociones. Lo que en esta campaña electoral ha sido más evidente que nunca. Alberto Fujimori derrotó a un ideologizado Vargas Llosa; Haya de la Torre nunca fue presidente, y sí lo hizo dos veces Alan García, a punta de emociones. Por lo que se debe de tener en cuenta que los votos se ganan mayormente ofreciendo esperanzas y que la ciudadanía te crea más que a tu adversario.
Una de las pocas cosas que puede cambiar la tendencia actual de las encuestas son los debates técnicos y presidenciales. Sin embargo, hay que considerar que, si bien sobre el papel las diferencias a favor de los fujimoristas son evidentes, algunos sectores de la población no aprecian esas diferencias. Además, pueden surgir sorpresas decisivas como fue el caso en el debate Alberto Fujimori versus Mario Vargas Llosa. Asimismo, inclusive antes del último cambio de tendencia favorable a Castillo que registran algunas encuestadoras, ya la calificadora de riesgos Moody’s había cambiado la perspectiva de la calificación de emisor a largo plazo en moneda extranjera y local de estable a negativa. Ya que “un entorno político cada vez más polarizado y fracturado ha estado socavando la eficacia de la formulación de políticas del país, lo que ha llevado a un deterioro progresivo de la fortaleza institucional”. Señal de las repercusiones económicas que tendría una eventual victoria de Pedro Castillo.
Sin embargo, no hay que perder las esperanzas y dar la batalla hasta el final. Después de todo faltan 12 días y eso en nuestro país es suficiente para cambiar una determinada tendencia electoral.