Ricardo Castro
Senior vicepresidente de Marsh
Ha pasado un mes desde que el enorme buque Ever Given encalló en diagonal en el Canal de Suez, una de las vías fluviales más transitadas e importantes del mundo, puerta de entrada al movimiento de mercancías entre Europa y Asia, que representa 13% del comercio mundial.
Luego de 6 días, unos diez remolcadores permitieron liberarlo; sin embargo, durante ese tiempo, el buque obstaculizó el transporte en ambas direcciones del canal, lo cual le ha costado a la cadena de suministro global más de $ 52 mil millones, mientras que, le estuvo costando al canal hasta US$15 millones de dólares por día por los peajes que dejó de recibir.
Si bien una de las principales razones para que esto pasara apuntan de primera instancia a los fuertes vientos y falta de visibilidad por la tormenta de arena, esta situación general provocó importantes discusiones sobre los riesgos involucrados en el envío.
Riesgos marítimos
Después de la aeronáutica, la industria marítima es ahora la segunda más afectada en el mercado asegurador, situación agravada por la crisis del COVID-19 y las correcciones de tarifas a lo largo de los años. En la cartera, el primer impacto está en los seguros vinculados al casco y la responsabilidad de la operación del buque; luego, en seguros de puertos y terminales; y, finalmente, el de la propia carga.
El bloqueo pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrenta el sector marítimo y el comercio mundial, ya que cada vez hay más buques que transitan por puntos de estrangulamiento marítimo, como el Canal de Suez, el Canal de Panamá, el Estrecho de Ormuz y el Estrecho de Malaca del sudeste asiático. Estos sucesos podrían ser más comunes a medida que los barcos sean más grandes y las vías navegables más congestionadas.
Acerca de las implicaciones en las primas, reclamaciones y programas de seguros, los primeros interesados son los propietarios de barcos y de la carga que transporta no sólo el Ever Given sino de las más de 360 embarcaciones que se unieron a la fila para pasar por el canal y también los que redirigieron su trayectoria hacia Cabo Buena Esperanza en Sudáfrica.
Cobertura de retraso
La primera queja del asegurado en casos como el barco Ever Given es por la demora en la entrega de la mercancía. Sin embargo, en todo el mundo, el seguro marítimo de los transportistas tradicionalmente contiene una cláusula de exclusión relacionada con retrasos, incluso si son el resultado de riesgos cubiertos, como es el caso de varamientos, pero muchos asegurados no prestan atención a este detalle.
Existen seguros específicos, como el denominado TDI (Trade Disruption Insurance), que cubre precisamente la disrupción de la cadena logística por algo extraordinario. Pero, debido a su altísimo costo, es un seguro que rara vez contratan u ofrecen las aseguradoras.
Seguro P&I
El gran seguro detrás de las operaciones marítimas es P&I (Protection & Indemnity), el cual incluye la cobertura de los riesgos de responsabilidad civil a armadores, operadores y fletadores por los daños ocasionados por el buque, y se configura como un gran reparto entre toda la industria marítima. Ya era una línea de seguros muy afectada por los impactos de la COVID-19 y, con el caso de Ever Given, repercutirá en el nivel de riesgo sobre este tipo de siniestros, así como en el reajuste mundial de primas de este seguro y otros involucrados (Caso, Carga, etc.)
¿Cómo afecta al mundo?
La llegada de los buques de gran tamaño ha permitido reducir la frecuencia de los siniestros marítimos, pero la magnitud de las pérdidas individuales ha aumentado exponencialmente. Con el aumento de las primas de seguros, los costos recaen sobre los usuarios finales en diversas industrias como la de petróleo y gas, automotriz, retail, agricultura, entre otros.
Los efectos del siniestro y el embotellamiento podrían tardar varios días e inclusive semanas en resolverse y generar reclamaciones por pérdida de ingresos, interrupción de negocios con y sin daño material, sobreestadía de contenedores, retraso, falta de entrega, mercancías dañadas y contaminación. De igual forma, según lo que advirtieron las líneas navieras, los efectos en la interrupción de las cadenas de suministro durarán varios meses y es probable que provoque un aumento a corto plazo en las tarifas.
El futuro
¿Cómo pueden las compañías navieras trabajar para que el caso de Ever Given no vuelva a suceder? Existen herramientas de gestión de riesgos que pueden y deben aplicarse. Antes de realizar un transporte de carga es fundamental una buena planificación de la ruta, a fin de conocer el mejor horario y la mejor forma de transitar en las diferentes rutas, así como los límites en los que es necesario operar para estar seguro.
Buques fenomenales como Ever Given, que soportan 24,000 contenedores de 20 pies (TEU), provienen de empresas profesionales y, en general, tienen protección total. Sin embargo, en la carga a bordo del barco hay una mezcla de grandes empresas con otras que desconocen el mecanismo legal del medio marítimo.
Es vital identificar no sólo el riesgo si no la cobertura ideal para las operaciones. Algunos productos de seguros pueden, en determinadas circunstancias, ayudar a mitigar los riesgos. Varias aseguradoras ofrecen cobertura por demora marítima. A menudo es posible tener dicha cobertura para incluir un conjunto más amplio de eventos en caso de que la exposición a las consecuencias de un bloqueo físico a lo largo de la ruta, afecte negativamente al negocio.