Si en algo destaca la actual gestión del MEF, es en usar nombres llamativos para sus programas “reactivadores”. Ayer, lanzó el “Plan Unidos”, que contiene 25 medidas que abarcan desde millonarios montos para gasto corriente –como mantenimiento de vías–, ampliación de “Impulso Myperú”, que otorga créditos con garantía del Estado, más financiamiento para el sector agropecuario y aumento del fondo del Bono Habitacional Familiar –para apuntalar la construcción–. Quizás para que amainen las críticas de que el Gobierno no piensa en el mediano y largo plazo, también se incluyó el destrabe de megaproyectos. Lo novedoso fue la inclusión de la transición verde (uso de energías limpias).

En suma, no todas las medidas están orientadas a superar la recesión, pero habrían sido unidas en el mismo plan con el objetivo de generar confianza. El titular del MEF, Álex Contreras, aseguró que la meta es que el PBI crezca 3% el 2024. Si bien el plan contiene soluciones puntuales de corto plazo, también presenta una recopilación de lo que gobiernos anteriores ofrecieron y no cumplieron en materia de reformas de segunda y tercera generación. Pero para que suenen originales, el plan las bautiza como “shocks”. Habrá shocks de destrabe de proyectos mineros y eléctricos, de simplificación administrativa y de asociaciones público-privadas (APP). Lo más interesante, la creación del esquema Servicios por Impuestos, sobre la base de Obras por Impuestos, podría tener efectos positivos si es diseñado adecuadamente.

Otra medida que podría tener impacto es la reposición de incentivos a la inversión agroexportadora. Contreras atribuyó la preocupante situación de ese sector a la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, perpetrada por el anterior Congreso hace casi tres años. Sin embargo, pese a que es uno de los responsables del deterioro de la confianza de los inversionistas, el pernicioso accionar del actual Congreso apenas fue mencionado en el caso del nuevo retiro de fondos de las AFP. Tal vez Contreras (o el primer ministro Alberto Otárola) han convencido a los legisladores que posterguen la destitución de la Junta Nacional de Justicia, pero mientras no se archive ese despropósito, la estabilidad jurídica estará en peligro.

¿Funcionarán las pocas medidas reactivadoras? Esperemos que sí, aunque el gran obstáculo es que las entidades que ejecutan lo diseñado por el MEF –los otros ministerios y los gobiernos subnacionales–, no destacan por su eficiencia, y eso no se soluciona con proyecciones optimistas.