Editorial de Gestión. Hubo muchas medidas enfocadas en el corto plazo, pero sin una propuesta integral. (Foto: Leandro Britto / GEC)
Editorial de Gestión. Hubo muchas medidas enfocadas en el corto plazo, pero sin una propuesta integral. (Foto: Leandro Britto / GEC)

DEBATE. Keiko Fujimori, de Fuerza Popular (FP), y Pedro Castillo, de Perú Libre (PL), se volvieron a presentar en un debate a una semana de las elecciones presidenciales. En las casi tres horas que duró el encuentro quedó claro que la preocupación estuvo en atender las necesidades de la población de bajos ingresos y combatir la pobreza, a través, por ejemplo, de facilidades para las mypes y el impulso de la inversión pública para reactivar la economía.

Asimismo, se plantearon varios ofrecimientos para reforzar los programas sociales, esto último sobre todo de parte de la candidata de FP, sin embargo, no brindó mayor explicación respecto al financiamiento de todas estas propuestas, un aspecto importante porque, salvo en el caso de la minería, no se ha hablado de reforma tributaria, pero sí de endeudamiento, y si bien aún existe margen para elevar la deuda publica también es necesario cuidar la eficiencia en el gasto.

Por el lado de la candidatura de PL,causó preocupación la escasez de anuncios concretos. La mayor parte de sus planteamientos fueron frases clichés —cómo las cruzadas nacionales ofrecidas para infinidad de temas— y evidenció un desconocimiento de la gestión pública y de la realidad, como cuando se refirió a los vuelos de Cusco a Machu Picchu. Pero no solo eso, sino que al reiterar su propuesta de un mayor rol del Estado en la economía —como la intervención directa en precios—, sumó la frase de que “el Estado debe controlar a la población y los mercados”, lo cual significa que la afectación a las libertades personales se añadió a la económica.

Y como si fuera poco, al mencionar al Estado como factor esencial de su propuesta, Castillo olvidó que los ingresos del fisco no provienen del aire, sino de los bolsillos de todos los contribuyentes, grandes y chicos, por eso es necesario conocer cómo los candidatos esperan financiar sus propuestas, más aún cuando en el caso de PL existen dudas sobre su apoyo a la inversión privada. Saber quién pagará la cuenta ante tanta improvisación es lo que preocupa.

El formato del JNE tampoco facilitó el debate y comparando los tres debates dados en esta segunda vuelta, el primero fue mejor incluso por el rol de los moderadores. Algunos temas no se tocaron, como medio ambiente, derechos de las minorías o equidad de género —si bien este último caso se mencionó, lo dicho no convenció—. Además, en ambos candidatos se evidenció la falta de una visión de país. Hubo muchas medidas enfocadas en el corto plazo necesarias por la crisis sanitaria y económica, pero sin una propuesta integral. Plantear una reforma constituyente no basta si no se conoce cuál es la meta final.

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