Editorial de Gestión. El deterioro de la imagen del país para hacer negocios se reflejará en un todavía menor ingreso de inversión extranjera directa.  (Foto: Elías Alfageme | GEC)
Editorial de Gestión. El deterioro de la imagen del país para hacer negocios se reflejará en un todavía menor ingreso de inversión extranjera directa. (Foto: Elías Alfageme | GEC)

GRADO DE INVERSIÓN. “Antes, las empresas venían a invertir a Perú sin pensarlo dos veces, ahora no”, declaraba a (19/10/2022) Alexandre M. Mateus, jefe de la Sección Económica y Comercial para el Perú y Bolivia de la Delegación de la Unión Europea (UE). Al día siguiente, la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings anunciaba una revisión de la perspectiva de la deuda peruana, que pasó de “estable” a “negativa”, aunque mantuvo la calificación en BBB, la segunda más baja de la categoría “grado de inversión”.

Tanto el preocupante comentario del representante de la UE como la negativa noticia de Fitch se suman a un persistente coro de voces, tanto extranjeras como locales, que vienen advirtiendo –desde el inicio del gobierno de Pedro Castillo– que la ausencia de políticas de promoción de inversiones, el desgobierno, los indicios de corrupción en las más altas esferas del régimen y, sobre todo, que el discurso y las medidas antiempresa dictadas (mención deshonrosa para el Ministerio de Trabajo) están socavando la imagen del Perú como destino de las inversiones, pese al enorme potencial que posee en múltiples áreas.

Eso significa que la decisión de Fitch no es sorpresiva, y que es posible que las otras dos calificadoras más influyentes (Moody’s y Standards & Poor’s) también revisen a “negativa” sus perspectivas y/o rebajen la calificación de la deuda peruana, lo que en realidad significa la perspectiva macroeconómica del país. Si bien el panorama internacional continúa ensombreciéndose, Fitch precisa que su evaluación correspondió a factores internos como el deterioro de la estabilidad política y de la efectividad del Gobierno. También considera que el debilitamiento de las instituciones gubernamentales será difícil de revertir durante su periodo de pronóstico (hasta fines del 2024).

¿Cómo afecta a los peruanos? El efecto directo es un reacomodo de la llamada “curva de rendimiento” de los bonos peruanos, encareciendo las emisiones de deuda del Gobierno y de las empresas privadas. Eso se trasladará a las tasas de interés locales, es decir, el costo del crédito subirá. Y al haber tasas más elevadas, muchos dejarán de ser sujetos de crédito (formal), pues hay que recordar que el anterior Congreso impuso topes a las tasas de interés del sistema financiero. Por otro lado, el deterioro de la imagen del país como plaza segura para hacer negocios se reflejará en un todavía menor ingreso de inversión extranjera directa, esa que genera empleos, eleva la recaudación tributaria y suma puntos para el PBI.