Editorial de Gestión. Menos ingresos implican menos consumo y, por ende, menor recaudación por IGV. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. Menos ingresos implican menos consumo y, por ende, menor recaudación por IGV. (Foto: GEC)

CIFRAS EN ROJO. La recuperación de la economía se desaceleró en agosto. El PBI de ese mes decreció 9.82% mientras que el de julio había caído 11.71%, respecto de los mismos meses del año pasado. Y el PBI desestacionalizado solo aumentó 2.43%, respecto de julio. Un motivo fue que la Fase 4 de reapertura, programada inicialmente para agosto, fue pospuesta debido al incremento de contagios –fue el peor mes de la pandemia para el Perú–. Pero también se debió a otros factores, como el mediocre desempeño de la inversión pública, que continuó siendo el lastre más pesado de la reactivación.

Solo crecieron tres sectores: telecomunicaciones, administración pública y banca y seguros, este último impulsado por Reactiva Perú. En junio y julio, pesca formó parte de ese grupo, pero no pudo prolongar su buen desempeño porque en agosto culminó la primera temporada de pesca en la zona norte-centro. Agro sumó su tercer mes consecutivo de contracción, lo que ha afectado a cultivos de panllevar, industriales y de exportación, así como al subsector pecuario.

Dos factores jugaron en contra: condiciones térmicas por encima de su variabilidad climática y menores áreas cultivadas. Es que ante una menor demanda de clientes clave como restaurantes y hoteles, los agricultores se iban a ver obligados a reducir sus siembras. Además, muchos habrían afrontado el inicio de la campaña grande, en agosto, sin apoyo financiero. El programa FAE-Agro, anunciado con fanfarria, recién inició operaciones el 6 de octubre.

Minería e hidrocarburos, manufactura, comercio, servicios, transporte y electricidad continúan su pausada recuperación, que es más lenta para alojamiento y restaurantes –quizás a partir de noviembre haya un impulso–. El subsector que tuvo una ligera alza, luego de cinco meses en rojo, fue consumo interno de cemento (1.02%). Este es el componente privado de la construcción, que no podrá reactivarse completamente si la inversión pública sigue decepcionando (cayó 38.16%), en parte por la lentitud de Arranca Perú. Al parecer, el presidente Vizcarra no estaba pensando en el PBI de agosto cuando dijo que fue mejor de lo que esperaba el MEF.

Existe consenso en que el empleo será lo último en recuperarse. En el trimestre julio-setiembre, 1.18 millones de personas estuvieron desocupadas (23.9% de caída) y la masa salarial se contrajo 34.4%, en Lima y respecto del mismo periodo del año pasado. Menos ingresos implican menos consumo y, por ende, menor recaudación por IGV. Con estas cifras, sería irresponsable comenzar a cantar victoria.

TAGS RELACIONADOS