Editorial de Gestión. No cabe duda de que el mandatario no contestará ninguna de las inquietudes de un sector de la población. (Foto: Congreso)
Editorial de Gestión. No cabe duda de que el mandatario no contestará ninguna de las inquietudes de un sector de la población. (Foto: Congreso)

RELACIÓN EJECUTIVO–LEGISLATIVO. Con 76 votos a favor y 41 en contra el Congreso aprobó debatir la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo. Si bien se dieron más votos de los que la oposición tenía previsto (no se esperaba que todo Acción Popular votara a favor), tampoco existe mucha novedad respecto a los resultados. Los partidos favorables al Gobierno votaron en contra (salvo la abstención del congresista Pariona de Perú Libre), mientras que los que se dicen de oposición votaron a favor.

¿Esta aprobación significará que se cuenta con los votos para la vacancia? Es poco probable, y quizás un ensayo de esa votación haya sido la moción previa que planteó el congresista Montoya para adelantar el debate de esta moción para el viernes 18 de marzo, la cual fue rechazada, por lo que finalmente la vacancia será vista el 28 de marzo.

A pesar de este resultado, la participación de las bancadas en el debate de ayer parece indicar que, una vez más, la oposición no estará a la altura de lo que una parte del país espera y que si bien se ha votado para que el presidente (o su abogado) se presente a dar explicaciones, lo cierto es que no existen los votos para que se concrete la vacancia.

Mientras tanto, hoy Pedro Castillo acudirá al Parlamento a dar un mensaje, luego de insistir en que el Congreso le sigue poniendo “zancadillas y no escucha al pueblo”. Si bien no quedan claros los temas que tocará, la presidenta Maricarmen Alva le ha pedido que no se pronuncie sobre los temas por los cuales se ha planteado la moción de vacancia, una solicitud, al parecer, innecesaria, pues el premier adelantó que el discurso sería muy similar a los de 28 de julio. Es decir, un resumen de lo hecho hasta el momento y de lo que se plantea hacer.

Aunque su bancada, luego de la reunión sostenida en Palacio, no ha querido adelantar los puntos sobre los que hablará, no cabe duda de que el mandatario no contestará ninguna de las inquietudes de un sector de la población, respecto a las acusaciones de corrupción de su entorno y de él mismo.

Si el presidente fuera claro en sus respuestas y transparente frente a las investigaciones podría generar un cambio. Sin embargo, queda claro, después de escuchar a los representantes de ambos poderes, que ni la oposición ni el Gobierno saben jugar ajedrez y la política nacional ha quedado reducida a un juego de damas.

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