Editorial de Gestión. Si quiere responderles a los millones de peruanos que votaron por él, Pedro Castillo debe reconocer que es hora de partir.
Editorial de Gestión. Si quiere responderles a los millones de peruanos que votaron por él, Pedro Castillo debe reconocer que es hora de partir.

PEDRO CASTILLO. Quizás esta sea una de las pocas veces en que el presidente de la República, por lo menos en su fuero interno, no podrá desacreditar los resultados de la última encuesta elaborada por Datum para Gestión, pues la desaprobación de 76% que muestra ha quedado plasmada en las diversas manifestaciones que se han visto en los últimos días en diferentes lugares del país.

El resultado de Datum confirma lo que está ocurriendo: las regiones del sur y del centro, las únicas donde el mandatario mantenía una aprobación mayor que su desaprobación, ya no están con él. Así, la desaprobación en el sur alcanza el 59%, mientras que en el centro es de 62%. El rechazo es alto incluso en los sectores socioeconómicos D (76%) y E (70%), y en el sector rural la aprobación apenas llega al 44%.

Aunque seguramente ni Castillo ni su gabinete lo quieran reconocer, es claro que sin importar la edad, la zona de residencia o el tinte político, la mayor parte del país considera que no está capacitado para gobernar (61%).

Pese a ello, el mandatario intenta salvarse, él más que al país. Así, uno de sus asesores, como Daniel Salaverry, revela que algunos ministros renuncian, mientras se proponen cambios en el Gabinete. Pero el desgaste sufrido, mayor al de cualquier otro presidente en pocos meses, hace difícil la tarea de armar un equipo ministerial con solvencia moral y profesional.

Además, las declaraciones de Salaverry, minutos después de que el premier Aníbal Torres negara estos cambios, ponen de manifiesto, una vez más, las discrepancias al interior del Ejecutivo y vislumbran el inicio del fin. Por ello, no causaría sorpresa escuchar de la renuncia de varios ministros en las próximas horas.

El país sigue convulsionado y Castillo no da señales de vida ni de gobernar. Al mandatario se le acabaron las oportunidades que recibió más de una vez. El 59% quiere que se vaya e incluso aquellos que fueron sus aliados políticos –y que ahora lo niegan, como Juntos por el Perú– rápidamente se acomodan al nuevo escenario.

Lamentablemente, así como el Ejecutivo, el Congreso tampoco dio la talla en los últimos nueve meses. Es evidente que la mayoría de sus integrantes está más interesada en salvar sus quincenas que en salvar al país.

Si realmente está preocupado por el “pueblo” y quiere responderles a los millones de peruanos que votaron por él, Pedro Castillo debe reconocer que es hora de partir.