Editorial de Gestión. Más allá de la votación que realice hoy el Congreso, el gabinete Bellido no merece la confianza. (Foto: PCM)
Editorial de Gestión. Más allá de la votación que realice hoy el Congreso, el gabinete Bellido no merece la confianza. (Foto: PCM)

VOTO DE CONFIANZA. El presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, se presentó ante el Parlamento con un discurso donde evitó mencionar las propuestas que generan mayor rechazó como la convocatoria a una Asamblea Constituyente -un tema que sigue en la agenda del Ejecutivo- y optó por temas que no generan controversia, pero son populistas. Quedó claro que su objetivo tan solo era conseguir el voto de confianza.

La presentación dejó mucho que desear, pues se centró en medidas de corte asistencialista como un subsidio monetario para 14.4 millones de personas (hace unas semanas se hablaba de 13 millones de personas), los S/ 1,400 millones en créditos a agricultores a través de Agrobanco; S/ 4,700 millones para municipalidades y gobiernos regionales (proyectos sociales, empleo, y transferencias) y más de 52 millones para canastas de alimentos, por mencionar solo algunos de los gastos anunciados.

Sin embargo, no es claro de dónde saldrán los fondos para poder cubrir todos los gastos que el Gobierno tiene planeado realizar. Parecen estar esperanzados en “la cobranza efectiva y rápida de las deudas tributarias y las contribuciones en función a las sobreganancias en actividades extractivas en los altos precios de los metales”, pero se olvidan de que la única forma de generar ingresos sostenibles es fomentando la creación de recursos.

Lo cierto es que el gran ausente en el discurso fue el crecimiento económico-tal como decimos hoy en la página 6-, parecen olvidar que lograr que se impulse la inversión privada y se fortalezcan las empresas es el mejor camino para la generación de empleo sostenible y, por tanto, el pago de mayores impuestos. El gasto fiscal ayuda, pero no puede ser el pilar fundamental para salir de la pobreza.

Lamentablemente, en materia de lucha contra la informalidad solo se ha planteado ayuda para la inscripción de empresas. Además, nuevamente se parte del prejuicio de considerar a la empresa privada como el culpable de todos los males. Así, al hablar de corrupción, Bellido enfilo sus acciones a la sanción de las empresas que realicen sobornos u otros actos de corrupción. Sin embargo, no se dijo nada respecto a los funcionarios, olvidando que la corrupción tiene dos lados y varios exgobernadores regionales y expresidentes dan fe de ello.

La falta de experiencia e idoneidad de los ministros se ve reflejado en un discurso con lugares comunes, algunos objetivos que, si bien la ciudadanía comparte, no tienen una ruta de cómo alcanzarlos y se convierten en papel mojado en tinta. Más allá de la votación que realice hoy el Congreso, el gabinete Bellido no merece la confianza.

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