Editorial de Gestión. La visión de las empresas constructoras para dentro de doce meses es bastante optimista. (Foto: Municipalidad de Lima)
Editorial de Gestión. La visión de las empresas constructoras para dentro de doce meses es bastante optimista. (Foto: Municipalidad de Lima)

CONSTRUCCIÓN. En agosto, el consumo interno de cemento, que es el componente privado de la construcción, mostró un ligero incremento (1.31%) respecto del mismo mes del 2019, aunque el componente estatal –avance físico de obras– registró una fuerte caída (38.16%), que arrastró al sector a su sexto mes consecutivo en rojo. En setiembre, los datos preliminares indican que la recuperación privada continuó, pues el consumo interno de cemento aumentó 9.73%, variación que fue superior a las de enero y febrero, cuando el virus no había llegado al país.

La inversión pública, que entre marzo y agosto se estuvo contrayendo a tasas muy elevadas, incluso con la actividad constructiva ya reabierta, solo cayó 3.21% en setiembre, y según proyecciones del BCR, el gasto devengado para obras públicas habría crecido 6.1% en octubre. “Ya vamos a tener el apoyo de la inversión pública para la reactivación”, ha sentenciado el presidente de la entidad, Julio Velarde. Es que se suponía que ese gasto tuvo que haber sido uno de los impulsores de la recuperación –así lo anunciaron desde el Gobierno–, pero ni la urgencia por superar la crisis provocada por el virus pudo con la parsimonia con que se ejecuta el presupuesto. Hasta el programa Arranca Perú demoró demasiado en implementarse.

El ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Carlos Lozada, ha admitido que el primer tramo del programa aún tiene baja ejecución en su cartera, pero que se han aplicado correctivos para el segundo tramo.

A la confirmación de que ninguno de los tres niveles de Gobierno estuvo a la altura del reto, se contrapone la rapidez con la que se está recuperando la construcción privada. De esto da cuenta, por ejemplo, el récord histórico de ventas reportado por Cementos Pacasmayo en el tercer trimestre, así como la disminución del desánimo entre los empresarios constructores, proveedores e inmobiliarios.

La encuesta de Capeco de setiembre a sus agremiados muestra mejoras respecto de la realizada en julio en indicadores como contracción de sus inversiones o aumento de su capacidad operativa. Hay que tener en cuenta que la construcción ha sido una de las más afectadas por la pandemia –detrás de los servicios turísticos–, de modo que hay mayor margen para que sus cifras suban, y para que sus empresas retomen la confianza.

Según la encuesta mensual del BCR, en setiembre seguían teniendo la visión menos esperanzadora de la situación actual y a tres meses, aunque para dentro de doce meses mostraban un panorama bastante optimista.


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