Redacción Gestión

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SITUACIÓN ECONÓMICA. Ya lo habían adelantado el ministro de Economía, Alonso Segura, y la encuesta de expectativas del BCR: y esto repercutió en el estado de ánimo de los empresarios. Aunque el INEI ha proporcionado los números que sustentan ese optimismo, atípico para un año que ha traído tantos sinsabores al sector privado, quienes no se han sumado a esa sensación positiva son las familias, que han reducido su gasto en los últimos tres meses, según Apoyo Consultoría.

En setiembre aumentó la producción minera por sétimo mes consecutivo, y en esta ocasión registró la tasa más alta del año, en tanto que la agrícola acumuló cinco meses seguidos de expansión. El Gobierno también puso de su parte con la inversión pública, que luego de haber estado en rojo en julio y agosto, recuperó algo de dinamismo. Un punto flaco de la gestión fiscal es la desaceleración de la recaudación por IGV.

La información del sector financiero tampoco está mal: el crédito en soles continúa elevándose, mientras que en dólares volvió a caer (lo hace desde junio), en línea con las medidas de desdolarización del BCR; la morosidad también se redujo, aunque el INEI solo publica el dato agregado, de modo que no es posible analizar el comportamiento por tipo de crédito, en especial de los rubros vinculados con el consumo personal.

Con respecto a la inflación de octubre, fue la segunda más baja del año (tanto en Lima como a nivel nacional) e incluyó el abaratamiento de la gasolina y otros combustibles, pero registró un alza en los precios de las consultas médicas y las medicinas. Quizás el encarecimiento de estos servicios y bienes haya incidido en el ánimo de las personas, que a diferencia de los empresarios, no consideran que su situación económica esté mejorando.

Otro factor que estaría alimentando esta sensación no tan positiva es que los sectores vinculados a la demanda interna –principalmente construcción y manufactura– siguen de capa caída, lo cual afecta el empleo y los ingresos. Si los precios aumentan más que el dinero disponible de los hogares, es comprensible que prime cierto descontento.

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