Redacción Gestión

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Incertidumbre. El pleno del Poder Legislativo no sesionó ayer. No se dio ninguna razón específica para tal decisión, simplemente se informó que es potestad de Ana María Solórzano en su papel de presidenta del Congreso.

Una de las razones para esta decisión pudo ser evitar el cargamontón por la fuga de Martín Belaunde Lossio, sobre todo cuando un día antes la bancada de Fuerza Popular había sido muy crítica al afirmar que no apoyarán un pedido de delegación de facultades.

Lo cierto es que esta situación lo único que hace es mostrar lo ineficiente del trabajo congresal. En esta legislatura se han aprobado muy pocos proyectos importantes para el país y la labor de fiscalización no pasa de ser una mera pantalla, pues si bien hay varias comisiones investigadoras, muy pocas llegan a presentar sus informes finales y menos aún logran ser debatidas y votadas en el pleno.

El Poder Legislativo es uno de los tres pilares fundamentales de la democracia, es el poder más representativo, ya que abarca a las mayorías y también a las minorías, pero lamentablemente en el Perú el desprestigio del Parlamento hace que nos preguntemos, ¿dónde está?

Falta muy poco para que termine esta legislatura y comience la última del gobierno nacionalista. Lo más probable es que el 26 de julio la presidencia del Congreso deje de estar en manos del oficialismo, con lo cual la gobernabilidad del país será mucho más difícil, sobre todo cuando previsiblemente la oposición buscará formar una comisión investigadora contra Nadine Heredia.

En estas circunstancias para tratar de levantar su imagen, el Congreso debería esforzarse porque todas las comisiones investigadoras presenten sus informes finales y logren ser votados en el pleno. Además, debe iniciar la limpieza dentro de casa. Para ello es necesario que los congresistas dediquen más tiempo a su trabajo que a viajar y que destierren de una buena vez la idea de que "otorongo no come otorongo", acelerando el paso de las investigaciones en la comisión de ética y sancionando a los congresistas que sean hallados responsables.

Puede ser que estemos pidiendo demasiado, pero si logran dar estos pasos podremos pensar que el Congreso está en camino a encontrar su verdadero lugar en el juego democrático.