"Confío que somos más los ciudadanos que tenemos principios éticos y podremos juntos transformar nuestro país para bien". (Foto: GEC)
"Confío que somos más los ciudadanos que tenemos principios éticos y podremos juntos transformar nuestro país para bien". (Foto: GEC)

En mi libro autobiográfico “Meche” , conté un episodio de mi niñez que me impresionó y marcó para siempre. Mi padre, que era funcionario de un banco que había sido estatizado durante el Gobierno militar, supervisaba la construcción del nuevo edificio institucional. Una noche, de manera imprevista, alguien tocó a la puerta de nuestra pequeña casa en Jesús María, se trataba de un proveedor o contratista que se apareció con un lujoso reloj como regalo para mi padre. Él, sorprendido y ofuscado, se lo devolvió de inmediato y lo despidió diciendo “lo mejor que puede hacer es usar el valor de su regalo para reducir el precio en su oferta en la licitación”. A partir de ese momento, en mi vida he seguido siempre el ejemplo de mi padre, en mi vida profesional y en mi responsabilidad pública.