(Foto: Pixabay)
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Por Orlando Plaza, director de Comunicaciones e Imagen Institucional de la Universidad del Pacífico

“El coronavirus está en el aire y en el agua” se lee en redes sociales. “Ya existe una cura contra el COVID-19 y está en el Perú: es el árbol de la quina”, me llegó como mensaje de Whatsapp el otro día. En uno de mis grupos de chat se publicó el video de una pelea entre un grupo de jóvenes que no respetó el toque de queda y dos policías. Y la última novedad es que “las pruebas rápidas no descartan el coronavirus”.

A estas noticias falsas que generan un círculo de desinformación se les conoce como “fake news”. Y si se trata de contenido falso, ¿por qué tienen tanto alcance? De acuerdo con una publicación de la Federación Internacional de Periodistas (IFJ por sus siglas en inglés) existen dos razones por las que las “fake news” se divulgan:

1. Ha cambiado la forma en la que nos comunicamos. Hemos migrado de la era del “broadcasting”, cuando las grandes cadenas tenían el control de la información y las personas eran exclusivamente consumidoras, a la era del “networking”. Ya no somos solo consumidores, también tenemos la posibilidad de convertirnos en productores a través de las redes sociales e Internet. Así, con un celular y acceso a la red, el medio de comunicación soy yo.

2. Los algoritmos de Internet y las redes sociales generan un círculo que filtra la información que recibimos, según nuestras preferencias y las de nuestros contactos. Por ello, cuando alguien te diga “lo publiqué en Facebook y a todo el mundo le gustó”, puedes responder “no a todo el mundo, sino a todo tu mundo”.

Añadiría una tercera razón y es que vivimos en una era de actualización constante, donde todo tiene que ser inmediato y nuevo. Hay demasiadas marcas que comunican todo el tiempo y esto genera una sensación de urgencia en la que se suele pensar que “si no comunico yo, otro lo hará en mi lugar”.

El objetivo con esta columna es explicar que el fenómeno de las “fake news” continuará creciendo. Estas no son periodismo, no pasan por un proceso de validación de fuentes y son un problema porque tienen incidencia en la sociedad, afectan la integridad democrática y deben ser abordadas en sus dimensiones política, social y cultural. Sabemos que empresas como Google ya han empezado a desarrollar e implementar algoritmos para detectarlas. Facebook, por otro lado, ha generado íconos para alertar sobre posibles noticias falsas.

¿Cómo podemos identificar las “fake news”? La IFJ habla de siete tipos de información falsa: sátira o parodia (no busca causar daño), contenido engañoso (se dicen cosas de esa manera para incriminar a alguien o algo), contenido impostor (información que cambia fuentes genuinas), contenido fabricado (nuevo contenido que es en su mayoría falso y busca engañar), conexión falsa (si el titular dice una cosa y el contenido otra), contexto falso (cuando hay contenido verdadero que se pone en un contexto que no lo es) y contenido manipulado (si la información o imágenes reales han sido manipuladas para engañar).

Si perteneces a una empresa puedes trabajar con los departamentos de comunicación para generar contenido real de fuentes confiables. En el caso concreto del Coronavirus, las empresas se vuelven en un medio de comunicación más, por lo que toda la información debe estar referenciada a fuentes confiables como la OMS y el MINSA. Si eres un ciudadano de a pie y recibes contenido, toma un momento para leerlo y valida que provenga de una fuente confiable antes de compartirlo.

En ambos casos, lo que intentamos es frenar lo máximo posible la propagación de las “Fake News”, especialmente las que abordan la pandemia del COVID-19, un contexto en el que todos queremos hacer lo mejor por estar a salvo.

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